Desde Badalona

Verano de kilómetro 0

Las playas de la ciudad son fuente de vida cualquier verano, y lo han seguido siendo estos extraños meses de julio y agosto, a pesar de distancias y mascarillas

Aspecto de la playa de Badalona el 7 de mayo del 2020

Aspecto de la playa de Badalona el 7 de mayo del 2020 / periodico

Javier Torres

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En una ciudad tan grande y diversa (sobre todo diversa) como Badalona, se antoja complicado encontrar una definición global de cómo pasar el verano. Sin embargo, hay un denominador común por excelencia del que muy poca gente se escapa: la playa. Antaño ocupada en buena parte por un variado y nada atractivo frente de industrias y fábricas, la localidad ha sabido sacarles partido a sus cinco quilómetros de costa y convertir un litoral de aguas impracticables en un paseo agradable con insignias como el Pont del Petroli, vestigio que abandera esa transición entre pasado y futuro.

Los arenales de la ciudad son fuente de vida en el municipio cualquier verano, y lo han seguido siendo estos extraños meses de julio y agosto, a pesar de distancias y mascarillas. Personas de todos los barrios y edades se acercan a lo largo del día, incluso después de caer el sol: las cenas y encuentros con familia y 'amigxs' junto al vaivén de las olas parece haber repuntado en popularidad, durante unos meses en los que hay quien no se puede permitir juntarse en un restaurante, una terraza o unos días lejos de casa. O sencillamente prefiere no hacerlo.

Al otro lado de la vía de tren que separa la playa de la ciudad, la alegría va por barrios, como se suele decir, pero me atrevería a afirmar que el éxodo veraniego ha sido menor al de otros años, sin duda. No tantos locales y negocios se han podido permitir colgar un “Cerrado por vacaciones” en su puerta este verano. Y las terrazas de los bares de siempre, ya sea en la Rambla del barrio del centro como en el barrio de Llefià, rebosan vida al caer la tarde: no hay mascarilla que se resista a una bebida bien fría y un plato de bravas.

Badalona lleva años viviendo (o sobreviviendo) a la sombra de Barcelona y su atractivo turístico, sin rumbo ni proyectos claros. Son muchos los puntos fuertes que han dejado 'boquiabiertxs' a 'muchxs' visitantes que aterrizan por casualidad y repiten por gusto. Y este verano, imagino que para mal de muchos y consuelo de unos pocos, los estamos disfrutando sobre todo los que ya los conocemos. Y nunca está de más valorar lo que tenemos cerca de casa.