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El error de Descartes

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Mónica Vázquez

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Los libros académicos no suelen ser divertidos. Lo dice una estudiante de doctorado que se pasa la mayor parte de su vida con la nariz enterrada en las páginas de algún texto del que no ha podido escapar, ya sea un oscuro tratado filosófico, artículos científicos o estudios pormenorizados de novelas que una vez leyó pero que olvidó por el camino. La tónica general de lo académico es de parsimonia léxica y vacua grandiosidad, expresión flemática del ser y pocas ganas de seguir existiendo. Pero de vez en cuando, entre todos esos libros que lees porque tienes que leer, encuentras uno que te fascina; un libro que lees porque quieres. 

“El error de Descartes” es obra del reputado neurocientífico y médico neurólogo portugués, António Damásio. Entre sus páginas nos encontramos con un planteamiento deliciosamente sencillo a la par que inspirador, con tantas aplicaciones y posibles recorridos que parece que alguien hubiese abierto la ventana en una fría noche de verano, tras un día de tortuoso calor. “El error de Descartes” nos invita a reflexionar sobre la emoción, la razón y el cerebro humano, y el lenguaje de su narrativa, tan cercano y amable, hace accesible la exploración de conceptos de un campo tan complejo e indomable como lo es la neurociencia. 

Descartes decía que el alma y el cuerpo eran dos cosas distintas y separadas, por su propia naturaleza. En ese dualismo forzado, Descartes nos impide la posibilidad de explorar las implicaciones ineludibles que derivan del hecho innegable de poseer un cuerpo, gracias y según el cual experimentamos el mundo, articulando el aún inexplicable fenómeno de existir. Damásio nos deleita en este libro con una narrativa teórica pausada, amable y sin artificio, que te hace sentir como si fueras su alumno favorito. Nos ofrece, también, ejemplos reales que han fascinado a neurocientíficos a lo largo de la historia, invitándonos a compartir la aventura de encontrar respuestas o, al menos, encontrar deleite en la incertidumbre. Y darnos cuenta, juntos, de que parte de la respuesta está en haber sido capaces de haber hecho la pregunta. 

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