LA LUCHA CONTRA EL COVID
Un poco de generosidad es mucho
El Gobierno español ha jugado bien sus cartas en Bruselas y el PP debería reconocérselo
La política española no entiende de generosidad. Las alabanzas al rival se reservan para el día en que ya no se encuentre entre los vivos, pues, como dijo Alfredo Pérez Rubalcaba, "en España se entierra muy bien". Pedro Sánchez llegó de Bruselas habiendo obtenido no todo lo que quería sobre el <strong>plan de reconstrucción</strong>, pero sí gran parte. 140.000 millones en ayudas directas y créditos es mucho dinero, aunque sea insuficiente para el desastre socioeconómico que nos va a dejar la pandemia este año y el siguiente.
Como explicaba en EL PERIÓDICO el profesor Josep Oliver, solo el déficit público se situará este 2020 en 180.000 millones y el endeudamiento pasará del 95% al 125% del PIB. De manera que la ayuda europea no evitará que en el 2021 volvamos a hablar de ajustes presupuestarios, aunque sin ese extraordinario estímulo europeo tendríamos que afrontar en solitario una crisis de enormes magnitudes que dispararía nuestra prima de riesgo, como ocurrió la vez pasada, lanzándonos a un profundo pozo de recesión y recortes. Además, casi tan importante como las cifras del plan acordado, es que Europa ha dado un nuevo paso en el camino de la integración, hacia el federalismo.
Por tanto, hay buenas razones para la satisfacción porque a nadie se le escapa que el acuerdo podría haber fracasado, como pareció en muchos momentos durante esos maratonianos cinco días de encuentro de los líderes europeos. El Gobierno español ha jugado bien sus cartas y el PP debería reconocérselo. Lo que no puede hacer Pablo Casado es apuntarse a dos argumentos contradictorios como hizo este miércoles en el Congreso.
Por un lado, afirmar que lo logrado por España es gracias a tres mujeres que forman parte del Partido Popular Europeo, en referencia a la canciller alemana, Angela Merkel; a la presidenta de la Comisión Europa, Ursula Von der Layen, y a la presidenta del BCE, Christine Lagarde. Y, por otro, reprochar a Sánchez haber obtenido solo un tercio de lo deseado. De nuevo, el PP en lugar de apuntarse a compartir los éxitos, ya que en Europa socialistas, conservadores y liberales sí reman en la misma dirección, prefiere en casa jugar al cuanto peor, mejor.
Las votaciones en España
Pero en España un poco de generosidad es mucho y eso se vio también en las votaciones sobre los pactos de reconstrucción. Cayó el de política social, por las posiciones maximalistas de unos y otros, salió adelante con mayorías holgadas el sanitario y el europeo (finalmente gracias a un acuerdo con el PP), mientras el económico se aprobó por los pelos. Entre todo lo votado, lo más relevante para la lucha contra el covid-19 y cualquier otra pandemia que nos toque volver a sufrir es la creación de una Agencia Estatal de Salud Pública.
Si alguna lección podemos extraer es que el Ministerio de Sanidad no dispone de instrumentos para hacer efectiva la coordinación con las autonomías. Ese es otro paso hacia el federalismo, aunque moleste a las fuerzas soberanistas (ERC, JxCat, PNV…) que votaron en contra, alegando que invade sus competencias. Es falso, pero para estos grupos también un poco de generosidad es mucho.
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