El Sant Jordi de verano

Nos lo jugamos todo a un día

Si no sale bien la jornada del 23 de julio, todos volveremos a estar de acuerdo en que uno de los errores del sistema del mercado del libro es que, en gran parte, nos lo jugamos todo a una fecha

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Isabel Sucunza

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Hace tres meses todos teníamos claro que uno de los errores del sistema del mercado del libro es que nos lo jugamos todo a una fecha: el 23 de abril. Hablamos entonces de una posible reformulación de las cosas; hubo incluso un tímido intento de poner en marcha una campaña que venía a decir algo del tipo 'Todos los días son el día del libro'. El material ya lo teníamos; las personas, también; y las librerías y bibliotecas de la ciudad tejen una red más tupida que la de teatros y salas de arte y de música en vivo.

En este sentido, algunas librerías empezamos a hablar de aprovechar este verano para inventarnos una buena programación. La idea de hacer que las noches de julio y agosto fueran una versión extendida de la 'Nit de les llibreries' que tantas veces se ha intentado organizar y tanto se resiste a ser implantada en el programa literario de la ciudad, era una cosa que por un momento tomaba sentido y pintaba muy bien.

Pero pronto vimos cómo todas las energías eran canalizadas de nuevo hacia la fiesta de un solo día: se haría un Sant Jordi de verano. Se haría y se hará: será el jueves 23 de julio.

Cuando digo todas las energías, quiero decir literalmente todas: organizarlo ha sido complicadísimo. El tiempo de preparación ha sido escaso y hoy aún no sabemos con qué restricciones sanitarias nos encontraremos ese jueves. Lo que sí que sabemos es que hará mucho calor, que las paradas ocuparán los carriles centrales del paseo de Gràcia en tramos diferentes perimetrados y que los escritores que vayan a firmar no lo harán en las paradas de las librerías sino en mesas individuales en las que no se podrán comprar sus libros (los lectores tendrán que ir ya con su propio ejemplar).

También sabemos que podría llover. Y también que aquello podría rebrotar.

Si todo sale bien, la inyección de dinero al sector supondrá una buena y necesaria dosis de oxígeno; si no, todos volveremos a estar de acuerdo en que uno de los errores del sistema del mercado del libro es que, en gran parte, nos lo jugamos todo a una fecha.