ANÁLISIS

Y Piqué sonríe

Piqué discute con Reguilón durante el Sevilla-Barça en el Sánchez Pizjuán.

Piqué discute con Reguilón durante el Sevilla-Barça en el Sánchez Pizjuán. / periodico

Sònia Gelmà

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Lo admito, yo también he caído en la trampa de Piqué. Como Setién, que el sábado quiso ver frustración en su insinuación y este lunes ya veía inteligencia. El fútbol del Barça --o la falta de él-- las jerarquías y el reciente espíritu defensivo del técnico, deberían ser el motivo de este artículo. Pero entre Piqué y Estrada nos lo han puesto muy difícil. El ruido arbitral nos ha vencido, Piqué sonríe.

Es innegable que hay que ser muy afortunado para que, en tres jugadas grises, la decisión siempre te favorezca. Tres jugadas interpretables: encontrarán quien les defienda que no hay contacto suficiente para pitar penalti sobre Vinizius, que Merino está lo suficientemente apartado de Courtois como para no interferir y que ese hombro de Benzema es tan bajo que la jugada debió ser anulada.

La falta de fútbol, las jerarquías y el reciente espíritu defensivo de Setién deberían ser el motivo de este artículo. Pero el ruido arbitral vence

También alguien les podrá decir que a Vinicius le desequilibran, que Merino tapa la visión de Courtois y que lo de Benzema es hombro y por lo tanto, legal. Lo único cierto es que fueron tres de tres las veces en que —imaginen esa pelota de tenis que toca la cinta y pueda caer a uno de los dos lados — la pelota botó en la pista de la Real Sociedad para alegría de madridistas. Mal día de Estrada Fernández y de un VAR al que le piden intervenir más de lo protocolario, buena noticia para Piqué.

Una vez plantada la semilla, hicieron falta 48 horas para que el mensaje haya calado. Ni siquiera necesita citar ayudas arbitrales. Hay muchos aficionados ávidos de teorías conspiratorias. Pero recuerden, las conspiraciones del presente validan las del pasado y si ahora dan cobertura a que los arbitrajes están preparados para que el Madrid sea campeón, aceptan indirectamente la lamentable teoría del Villarato. La conspiración, en este caso, se ha sofisticado porque cuenta con el VAR como el nuevo instrumento mágico de cualquier confabulación que se precie.

Desviar el foco de atención

Y a mí me pasa como a Setién, que Piqué me parece un tipo inteligente, que aprovechando que juega a un deporte muy propenso a las discusiones arbitrales, ha conseguido desviar el foco de atención. Porque no, el Barça no va a perder esta Liga por los árbitros ni por el VAR. El Barça tiene muy difícil ganarla por esos problemas futbolísticos que su entrenador no ve.

El Barça no va a perder, si la pierde, esta Liga por los árbitros ni por el VAR

Porque mientras al Madrid le favorecieron las jugadas polémicas, en Sevilla no hubo penalti injusto que pitar. Para que te desequilibren, mucho o poco,  tienes que haber generado esa ocasión y al Barça le cuesta crearlas.

Y así, solo podemos coincidir con Piqué: va a ser muy difícil ganar esta liga. El trabajo del capitán azulgrana ya está hecho. Solo tiene un problema, que el VAR no se casa con nadie.

Ahora les toca a los blancos, lo de rezar para que haya alguna jugada discutible ante el Athletic, y si son tres, mejor. Porque el juego del Madrid, como el del Barça, puede necesitar también de alguna conspiración en cualquier momento.