Complicado panorama

La platea del Berliner Ensemble. Aquí los teatros públicos miran tímidamente a septiembre mientras la empresa privada afirma que sería suicida abrir los suyos si no es con el aforo al completo

zentauroepp53561335 icult teatro  berlin josep maria pou200531173245

zentauroepp53561335 icult teatro berlin josep maria pou200531173245 / periodico

Josep Maria Pou

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

He visto la imagen de las mil palabras. He visto la imagen que te deja mudo. Habrá otras que, en otros momentos, habrán callado otras bocas. La Historia (así, con mayúsculas) está llena de ellas. Y en todas las biografías hay un álbum de fotos que se recorre entre comentarios hasta que aparece la del silencio y el estupor. Cada cual tiene su imagen dolorosa.

Pero la que me llegado esta semana es de puñalada trapera. La han publicado los periódicos y se ha hecho viral en las redes. Es la imagen de la platea del Berliner Ensemble (los teatros alemanes siempre en cabeza) acondicionada para reanudar su actividad una vez reducido el aforo y sometidas las butacas a la ley del distanciamiento. Es una imagen temporal, dicen. La del tránsito obligado, con fecha de caducidad. Pero es, que duda cabe, la imagen de la desolación. La del paisaje después de la batalla.

Es a mis ojos, aún a riesgo de pecar de truculento, la imagen de un camposanto. No alcanzo a saber qué es lo que más me impresiona: si las butacas, una a una y dos a dos, perdidas aquí y allá, o el vacío que queda entre las mismas. O las cicatrices en el suelo de lo que en su día fue una fila bien dispuesta. Se me aparece el conjunto como una boca desdentada. Como una encía maltrecha -¡Dios, cómo duele!- de la que un dentista de antaño hubiera arrancado a golpe de tenaza molares e incisivos. Jugando con el símil, diría que lo primero que echo en falta son las muelas del juicio: no parece de sano juicio semejante carnicería. Aunque, me digo, es precisamente el buen juicio y la prudencia, lo que ha llevado la escabechina. Sigo, ya lo ven, como tantos de ustedes, entre el aplauso y el reproche. Sigo, como todos, en la angustia permanente.

Nueva York anuncia la reapertura de sus teatros, con medidas especiales, el 6 de septiembre. Londres dice poder hacerlo a finales de agosto. Italia y Francia se emplazan a enero del año que viene. Aquí los teatros públicos miran tímidamente a septiembre mientras la empresa privada hace cálculos y afirma que sería suicida abrir los suyos si no es con el aforo al completo. Complicado panorama. Pero el 11 de junio se reanuda la Liga de fútbol y el teatro sigue en lista de espera.