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La bicicleta de Pedro Sánchez

El PP se equivoca al votar contra la alarma, pero queda claro que el Gobierno carece de aliados sólidos

Ilustración de Leonard Beard

Ilustración de Leonard Beard / periodico

Joan Tapia

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España vive su peor momento desde hace 80 años debido al coronavirus, la terrible pandemia, y a sus muy graves amenazas económicas. Hemos tenido 28.000 muertos y está comprometido algo más que el bienestar logrado en los últimos decenios.

Todo ello obligó en marzo a la proclamación del estado de alarma que tuvo entonces unanimidad. Pero cuando ya hay menos contagios y muertos y empieza el desconfinamiento, el PP, uno de los dos partidos que ha ejercido el poder en la democracia, ha votado contra la quinta prórroga de la alarma. Aunque tenga sus motivos -y seguro que el Gobierno ha tenido muchos fallos- ejercer de oposición implacable en un momento de tanta gravedad no es lo correcto en un partido de gobierno. Además, el brusco cese del estado de alarma en pleno desconfinamiento tendría serios peligros. 

Pero, al contrario de lo que pasa en las grandes democracias cercanas, el Gobierno PSOE-Podemos, con 155 escaños, está lejos de la mayoría absoluta y Sánchez fue investido sin alcanzarla solo gracias a la abstención de ERC. Y un Gobierno minoritario no es lo mejor para una crisis tan mayúscula. Como dijo este miércoles Íñigo Errejón, el Gobierno es una bicicleta que solo se mantiene pedaleando. En caso contrario… Y que el Gobierno fuera derrotado -sin posible mayoría de recambio- solo complicaría la vida de los ciudadanos.

Es lógico pues que -una vez ERC decidió pasar de la abstención al 'no'- el Gobierno haya elegido sobrevivir pactando, como ya sucedió hace 15 días, con dos fuerzas tan opuestas, pero de signo centrista como el PNV y Cs. ERC debe tener, aparte de su lucha con JxCat por el electorado catalán, motivos para votar contra el estado de alarma. Pero que pierden fuerza cuando los nacionalistas vascos votan a favor (PNV), o bien se abstienen (Bildu).

Pero cierto que el espíritu de la investidura, nunca muy sólido, se debilita. El Gobierno se ha salido por los votos de Cs, partido oscilante y que proclama -su portavoz Edmundo Val hizo un acerado discurso- que no vota por Sánchez, al que criticó con contundencia, sino porque cree irresponsable poner fin al estado de alarma.

Pactar con pragmatismo

El Gobierno logra la quinta prórroga y sigue, pero todo el mundo sabe que no solo no tiene mayoría, sino que carece de aliados sólidos, que tampoco lo eran tanto. No es la mejor situación ya que en el Congreso no parece haber otro Gobierno posible. Pero la culpa no es solo de los partidos que este miércoles votaron 'no'. Un Gobierno sin mayoría no puede actuar como si la tuviera y, por ejemplo, afirmar que pedirá la prórroga de la alarma por un mes sin antes tenerla atada. Sánchez, que ha afrontado la pandemia con resolución, ha pecado de cierta prepotencia y cesarismo en sus mensajes en TVE.

Debe reconducirse y pactar sus próximas medidas. En otro caso, arriesga ser desautorizado por el Congreso. ¿Con qué aliados? Con los que pueda y quieran cosas razonables. No es hoy el momento de frentes cerrados sino de sano pragmatismo y de buscar el máximo acuerdo entre todos los dispuestos a arrimar el hombro. 

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