ANÁLISIS DE LA ACTUALIDAD AZULGRANA

Rakitic o cómo alegrar las finanzas

Esta vez sí da la impresión que Rakitic acabará dejando el Barça

Esta vez sí da la impresión que Rakitic acabará dejando el Barça / periodico

Sònia Gelmà

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Rakitic está molesto con su presidente. Le hubiera gustado que desmintiera que está en el mercado, que lo ofrecen para abaratar la llegada de Lautaro. Pero aunque no lo dice, sabe que forma parte del juego, de la misma manera que él también presionó a Bartomeu a través de los medios, cuando la temporada pasada aún esperaba que le mejoraran el contrato. No sucedió, y desde entonces el Barça intenta hacer caja con un jugador muy cotizado tras el Mundial de Rusia pero que ha perdido valor en esta última temporada: por rendimiento, por edad y porque acaba contrato el 2021.

Y aunque el precio real de Rakitic ya no sea el de hace dos veranos, su valor en un intercambio de jugadores puede servir para que el Barça mejore su balance económico y de paso aligere su desbordada masa salarial. Hace unos días Javier Tebas apuntaba a los intercambios como una solución en un mercado sin dinero y, de paso, una fórmula para “alegrar las finanzas”. Un eufemismo contable, puesto que un trueque bien hecho permite mejorar los números sobre el papel, sin necesidad que salga un solo euro de la caja de los clubs implicados. Lo hicieron el verano pasado el Barça y el Valencia, con el canje entre sus porteros, Cillessen Neto.

El próximo gran trueque

“Alegren sus finanzas” podría ser el lema futbolístico del verano. Los intentos de trueque suponen una interesante distracción en cada mercado, aunque cuesta que lleguen a materializarse. Suele pasar que el club interesado en fichar a un futbolista ofrece a cambio lo menos atractivo de su álbum de cromos y, en el caso del Barça, con un plus de dificultad añadida, el alto sueldo del jugador en cuestión.

Tras el intento acrobático de intercambio por Neymar, con varios jugadores implicados, el próximo gran trueque apunta a Lautaro. Y aunque al Barça le iría de fábula incluir algunos jugadores con nóminas altas en la operación, ya puede intuir que no todos van a estar de acuerdo. Uno de ellos, Rakitic, ya ha dicho públicamente, en la Cadena Cope, que con él no cuenten. Y ahí está el principal problema de los intercambios, la voluntad del futbolista.

En paces

Rakitic se ha comportado como un profesional durante su paso por el Barça. Y eso significa que ha cumplido con sus obligaciones contractuales y que se ha planteado lo mejor para su futuro cuando le ha convenido. Y se entiende así que estuviera muy tentado de irse al PSG hace dos veranos cuando le ofrecieron un suculento contrato. Finalmente Valverde intercedió para que se quedara y el croata lo hizo, a la espera de una mejora que nunca llegó. El verano pasado, en cambio, fue el club quien creyó que había llegado el momento de su salida. Rakitic escogió la Juve, pero los italianos no podían asumir lo que pedían por él y cuando llegó el 1 de septiembre aún seguía en Barcelona.

Rakitic no le debe nada al Barça, tampoco el club a él. Pero resulta comprensible que quiera elegir su destino. Traspaso o trueque. Sentirse dueño o sentirse moneda de cambio. No lo va a tener fácil el Barça para alegrar sus finanzas.