IDEAS

Sadismo deportivo contra la cultura

Icult Presentador deportes TV3

Icult Presentador deportes TV3 / periodico

Xavier Bru de Sala

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No alude, el titular, a la buena (o no tan buena) gente ansiosa para salir a correr o dar una vuelta en bici, aunque no podrá ir de excursión a la montaña, ni que salga a pie de casa como habían hecho los barceloneses de toda la vida. Que donde no hay personal más o menos humano no hay posibilidad de contagiarse es una de tantas obviedades que ninguna autoridad tiene en cuenta.

El 'lobby' televisivo de los deportes ha incrementado el tiempo dedicado a torturar a los pobres e incautos espectadores

Al grano, la frase latina más universal significa que debemos mover el esqueleto si no queremos volvernos locos. Ahora bien, como si no bastara con una abstinencia de siete largas semanas y quién sabe cuántas más antes de ir al gimnasio o a la piscina pública, el 'lobby' televisivo de los deportes, ya propenso desde siempre al sadismo que consiste en disfrutar con el cabreo reiterado de los espectadores, en vez de reconocer que si no hay competiciones no hay trabajo y de imitar a los jugadores de élite con la sana práctica compartida de quedarse en casa, se diría que incluso han incrementado el tiempo dedicado a torturar a los pobres e incautos infelices que mantienen la esperanza de encontrar, no digamos noticias porque las no reiteradas día a día van escasas, sino un poco de consuelo, alivio o distracción.

No por cotidiana, la escenografía de los telediarios deja de ser más digna de execrables tradiciones autoritarias (aunque sin toros) que de la propia.

En el plató, tres figuras: la del conductor o conductora, la de los hombres del tiempo (la mujer ya ha desaparecido) y, allí plantada o plantado, con una nada disimulada ansiedad a la espera del turno para retacar al espectador, no con los habituales instrumentos de tortura, que mira, aún, todavía, sino con unos mucho peores porque no presentan interés alguno, y menos para los fans del deporte.

Esto de la cultura, y de manera especial de la catalana, no nos lo deberíamos empezar a creer de nuevo hasta que el/la pasmarote de la derecha de la presentadora/or no sea el conductor/a del espacio dedicado a la cultura, y además no cuente con más medios y minutos que los del deporte.