De Benjamin a Chateaubriand

Gracias a George Steiner y a Flâneur, ya podemos conformarnos con la inaccesibilidad de Walter Benjamin. Para superarla, asegura Steiner, es imprescindible conocer 12 áreas del saber que van de la emancipación de la burguesía germano-judía al desarrollo de la lengua alemana, la difícil aproximación de Benjamin al marxismo o el papel crucial de la teología (y el esoterismo) en la obra del intelectual más derrotado, y por ello más elevado a la categoría de mito, del siglo XX. Desde personalidades como Hannah Arendt, Karl Löwitt y Adorno, asevera Steiner, "no conozco a nadie con la profundidad de visión necesaria para entrar en el mundo terriblemente destruido de Walter Benjamin, en la matriz de su pensamiento". De tan elegante manera, descalifica y rebaja hasta la categoría de farsantes la pléyade de 'benjaministas'; que viven de interpretar y divulgar una obra ininterpretable y en consecuencia indivulgable. Dejémoslo así.

Ya que no sabemos qué hacer con el entronizado Benjamin, podríamos al menos recomendar a Chateaubriand a nuestros amigos de derechas

Gracias al confinamiento, y después de haberlo postergado a lo largo de 40 años, he emprendido la lectura de Chateaubriand, no sin una mueca de escepticismo. Dejando a un lado la punta del filete cocinada bajo su advocación, no recuerdo haberlo visto nunca citado, si no es, y aun muy de vez en cuando, para convertirlo en muñeco de feria reaccionario, inservible, destripado, contra el que es más fácil lanzar dardos envenenados de ignorante progresía. La sorpresa, en positivo y admirado entusiasmo, no desborda en adhesión por la distancia ideológica. Ya que no sabemos qué hacer con el entronizado Benjamin, podríamos al menos recomendar a Chateaubriand a nuestros amigos de derechas, indefectiblemente partidarios de incrementar la desigualdad en todos los campos. Si bien, de entrada, habría que ocultarles las dos siguientes citas.

Sintetitzo la primera, "las revoluciones son causadas por la corrupción de los poderosos", y transcribo literalmente la segunda: "Mejores que nosotros, (las mujeres) solo tienen la debilidad de ser lo que queremos que sean; la culpa es nuestra". Feliz Santa Georgina.