Dos miradas
A pedradas
El virus golpea. Y de mil modos. A pedradas recibieron un convoy de ancianos que se trasladaban de una residencia a otra en Cádiz y también lo hicieron en Ucrania con autobuses de repatriados de China por el coronavirus
El virus golpea. Y de mil modos. A pedradas recibieron un convoy de ancianos que se trasladaban de una residencia a otra en Cádiz. Los 28 mayores viajaban en varias ambulancias y fueron apedreados por dos hombres. Después, medio centenar de personas se congregaron amenazando con alterar el orden público si llegaban más enfermos. Por la noche, tiraron artefactos incendiarios contra los coches de policías que protegían en centro sin que ninguno llegara a impactar.
Son los mismos. Con distintos nombres, rostros y acentos, pero son los mismos que apedrearon en Ucrania a autobuses con repatriados de China por el coronavirus o los que lanzaron petardos a vehículos con refugiados en Finlandia o los que <strong>atacaron centros de acogida de menores migrantes en Catalunya </strong>o Madrid. Es el mismo miedo y odio atávico, tan ligados el uno y el otro. Sí, son las mismas manos, y quizá podrían ser la de todos. Lo único que nos impide tomar esa piedra y arrojarla es la razón, la responsabilidad y el sentido de la justicia. La elección individual no se limita a tomar esa piedra, también a alentar o no el discurso que la impulsa.
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