Aprovechar para fortalecer la mente

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Xavier Bru de Sala

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Tiempo atrás, en los felices veinte del siglo pasado, era casi obligatorio para los escritores y personal asimilado a las vanguardias artísticas convertirse en un excéntrico, mejor si autodestructivo. Duró hasta hace poco. Recuerdo, por ejemplo, la airada bronca que, ya de madrugada, nos clavó Joan Fuster a los poetas jóvenes que le visitábamos al comprobar que la botella de whisky que había gentilmente abierto para nosotros estaba casi llena, en contraste con la que se había trincado él solito en cinco o seis horas de tertulia: "Sois unos desgraciados, si no bebéis no haréis nunca nada bueno". Tal vez hayamos sido demasiado buenos chicos y demasiado conservadores, a pesar de las apariencias, como para hacer una gran obra o levantar un período de oro cultural, pero no habrá sido por falta de consumo de sustancias prohibidas.

El arte y la cultura mantienen la cabeza activa y las neuronas generan nuevas sinapsis

Ni el alcohol ni la cultura nos convierten en mejores personas. Sin embargo, inexplicablemente, está demostradísimo que las drogas y el alcohol destruyen el cerebro pero aún persisten las dudas sobre la capacidad del arte y la cultura para fortalecer la mente. La fortalece. Siempre. En todos los casos. Al menos por la sencilla razón de que mantiene la cabeza activa y las neuronas generan nuevas sinapsis. Dicho de una forma más amplia, el aprendizaje, el esfuerzo para asimilar novedades y comprenderlas, nos hace más capaces y más dúctiles, es decir que nos prepara mejor tanto para disfrutar de los placeres como para resistir las adversidades.

Los dos párrafos anteriores vienen a cuento a fin de, modestamente, añadir una recomendación a los enclaustrados forzosos propensos a borrar las fronteras entre el entretenimiento y la cultura. Es muy fácil de distinguir porque el entretenimiento es deslizante y descendiente, mientras que el arte y la cultura requieren un esfuerzo ascensional. Los que se atrevan a probarlo y en vez de desfallecer después de subir el primer escalón persistan hasta que observen los resultados en forma de mejora de la sensibilidad, el gusto y las capacidades de percepción y comprensión, saldrán del confinamiento más fortalecidos que los demás.