Opinión | Editorial

El Periódico
Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Crisis en el Barça

El cúmulo de episodios inauditos y la confrontación evidente entre el vestuario y la directiva dejan una sensación de desgobierno en el club

Bartomeu y Abidal, en la presentación de Quique Setién como técnico del Barça.

Bartomeu y Abidal, en la presentación de Quique Setién como técnico del Barça. / periodico

Solo el tiempo dirá si este 2020 es finalmente un año horrible para el Barça, pero las circunstancias que el club está viviendo en enero y febrero no hacen sino presagiar una tormenta perfecta como hacía años que no se vivía. Se han acumulado, en apenas 40 días, un cúmulo de episodios inauditos que han hecho zozobrar la nave azulgrana.

A la deriva en el terreno de juego, con un juego cansino, se sumó una derrota dolorosa en la Supercopa de España y la consiguiente destitución fulminante de Ernesto Valverde, después de un auténtico sainete localizado en Arabia Saudí. Las conversaciones de los responsables técnicos con Xavi no prosperaron y se tuvo que recurrir a una solución in extremis, sin planificación ni previsión deportiva, un detalle que podía haberse previsto como mínimo desde la lacerante eliminación en Liverpool. La llegada de Quique Setién prometió algo de tranquilidad, pero la paz ha durado poco.

Las sorprendentes declaraciones de Abidal en el diario 'Sport', acusando más o menos veladamente a la plantilla de la destitución de Valverde, han destapado la ira de Messi como nunca se había vivido en el Barça, solo comparable, y en un grado menor, a la disputa que mantuvo en el 2013 con el directivo Javier Faus. A todo ello hay que añadir, una ruta vacilante en lo estrictamente deportivo y una política errática de traspasos y cesiones que, sumada a la desgracia de las lesiones, ha abocado al urgente, precipitado e imprescindible fichaje de un delantero.

A estas alturas, la sensación generalizada es de desgobierno, justo a las puertas de unas semanas en las que se decidirá el futuro inmediato en tres competiciones, empezando por la Copa que se juega hoy. La evidente confrontación entre el vestuario y la directiva, con la figura de Messi como tótem indiscutible y la de un Bartomeu sin brújula, prefiguran unas jornadas ciertamente complicadas para el club, con la perspectiva electoral del 2021. Convendría un apaciguamiento general y un centrarse en lo futbolístico, si ello es posible después de la batalla abierta y sin cuartel de estos días. Una reconciliación, aunque solo fuera momentánea.