Contagio

<strong>El 'brexit' ya es una realidad. </strong>Aunque al fin se imponga la voluntad de minimizar los daños a las economías británica y europea, el quebranto social es terrible. Una sociedad enfrentada en mil campos de batalla. Sin duda, lo más lacerante es contemplar el devastador poder del discurso populista. Una mayoría de ciudadanos británicos han votado una opción que solo traerá dificultades a sus vidas y ni siquiera han querido informarse de sus consecuencias. Unos políticos irresponsables, que solo pretendían agitar el 'brexit' para ganar elecciones, removieron las aguas.

Sorprendentemente, una multitud se aupó a la ola de emoción haciéndola más y más grande. La seriedad de los datos fue tachada de cobardía. El pragmatismo, de traición. El sueño era más grande que todo eso. De nuevo, una Gran Bretaña que clavaba sus pies en el pasado imperial para recuperar el poder perdido. La fantasía es imposible. Lo peor es que si esa quimera sucediera, tampoco beneficiaría a los votantes del 'brexit'.

Da miedo el mecanismo emocional que ha llevado al 'brexit'. Su poder de contagio puede convertirse en la pesadilla europea del siglo XXI.