Peccata minuta

No

Ni el "mandat de l'1-O" se lo tragan ya ni los nostálgicos fanáticos, ni los políticos catalanes merecen tan desmesuradas penas

Torra abandona el Parlament el pasado día 4,de enero del 2020 tras la celebración de un pleno extraordinario.

Torra abandona el Parlament el pasado día 4,de enero del 2020 tras la celebración de un pleno extraordinario. / periodico

Joan Ollé

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No, no todo nace en 1714 con Felipe V, abuelísimo de nuestro VI. No, el "mandat de l'1-O" ya no se lo tragan ni hartos de ratafía los nostálgicos fanáticos - ¡ay, las esdrújulas!- que hoy todavía lo esgrimen como galdosiano Episodio Nacional. No, no hubo presos políticos ni exiliados: el presuntamente ingenuo desconocimiento de la ley y de la correlación de fuerzas no exime de su cálculo ni cumplimiento. No, España no es por sí misma una dictadura; depende de quien la gobierne (como Catalunya o Nueva Caledonia, por poner dos ejemplos próximos). No, el Gobierno de Torra & Company ya no convence ni a los que anteayer vitoreaban encendidamente (sic) su activismo de corbata amarilla. No, Torra no solo ha sido inhabilitado por la pérfida Junta Electoral Central, sino, además, por el Parlament y la muy reciente y cruel encuesta del CEO encargada por él mismo. No, aquello que antes llamábamos "burguesía" nunca promoverá una revolución popular. No, Rufián, medio aprendida la lección de Tardà, Serrat, Sabina y de sus muy tope guai frikis tuits sobre monedas de plata no es un Iscariote por haber optado por alearse con un metal más complejo que le redima de lo más superficial y anodino de sí mismo. (Les recomiendo sus voluntariosas entrevistas televisivas en 'La Fábrica': ¡trata a García Albiol y a Arcadi Espada como a iguales!).

No, TV-3 no será del "poble català" que la paga y sintoniza (o no) mientras mantenga las diarias soflamas de Pilar Rahola como impuesto revolucionario y algunos programas sigan exhibiendo en la parte inferior de la pantalla descamisados tuits antiespañoles de cadalso y guillotina, situando de esta manera a Xavier Graset y a su 'Més 3/24', por poner un ejemplo, como un muy pulcro árbitro ante excesos. No, la sardana no es "la dansa més bella…"; es contable y aguerrida. Al independentismo se le han acabado las palabras; solo les queda su música.

No, los políticos catalanes que se entregaron a la justicia española no merecían tan larga prisión preventiva ni tan desmesuradas penas, máxime cuando el Supremo sentenció que lo que algunos aún hoy califican de golpe de Estado apenas fue una pésima y mal ensayada función de aficionados. No, hasta ahora, que yo sepa, nunca fue inhabilitado un presidente por descolgar a destiempo una sábana con letras. No, López de los Cobos no es trigo limpio ni ha dicho la verdad, ni Gary Cooper Trapero fue Tejero: basta con mirarlos fijamente a las gafas y a los ojos a uno y otro.

Demasiados 'noes'. ¿Para cuándo un 'sí, quiero'?