Las estrategias negociadoras

Elogio del posibilismo

El Gobierno de coalición y el pacto PSOE-ERC representan una innovación en política española

Ilustración de Leonard Beard

Ilustración de Leonard Beard / periodico

Antón Costas

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La esperanza le ganó el pulso al vértigo y, finalmente, se produjo la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno de España. La polémica decisión de la Junta Electoral Central de inhabilitar al presidente de la Generalitat Quim Torra el día previo al inicio de la investidura lanzó brumas de duda e inquietud sobre la posibilidad de que ERC se mantuviera en el acuerdo que había alcanzado con el PSOE para abstenerse. Los dirigentes de ERC vencieron el vértigo y finalmente la investidura pudo tener lugar.

Ahora la partida continúa, aunque el desarrollo de la legislatura sigue siendo muy incierto. Pero sea cual sea, deberíamos ser conscientes de que se ha producido una innovación muy interesante en la política catalana y española.

El acuerdo entre el PSOE Y ERC constituye una manifestación de posibilismo frente a la estrategia de confrontación. De la misma forma, el Gobierno de coalición entre PSOE y UP es una forma de colaboración posibilista hasta ahora inédita en la historia contemporánea de la democracia española.

Dada la novedad que representa esta nueva estrategia posibilista entre fuerzas políticas que hasta ahora habían sido rivales irreconciliables, vale la pena pensar la razón de esta innovación política.

Los conflictos forman parte indisociable de la vida humana y del progreso de las sociedades. Sin embargo acostumbramos a considerarlos como procesos de metástasis social que hay que extirpar lo más rápido que se pueda.

Desde esta aproximación, el conflicto se afronta con una estrategia cruenta, que solo acaba cuando una de las partes derrota de forma total a la otra y la somete a su dictado. Es decir, acaba con una dictadura del ganador sobre el derrotado.

Por el contrario, la democracia es un sistema político que emerge y se consolida cuando los sectores en conflicto se convencen de que por la fuerza no conseguirán derrotar al rival y que en la confrontación también ellos se debilitan. La democracia no aparece cuando las partes de una sociedad comparten de inicio valores y preferencias políticas, sino cuando llegan a la conclusión de que a todas les interesa afrontar el conflicto por una vía colaborativa.

Un ejemplo paradigmático es la India. Es una de las sociedades más desigualitarias y conflictivas del mundo. Y, sin embargo, es una de las democracias más antiguas existentes. Una explicación de esta 'anomalía' es que, a la salida de los británicos, en los años 40 del siglo pasado, las diferentes castas llegaron al convencimiento de que ninguna de ellas podría imponerse a las otras por la fuerza y que era mejor colaborar de forma posibilista.

La mejor forma de afrontar los conflictos no es extirpándolos sino “atendiéndolos”, en expresión afortunada de Albert O. Hirscham, uno de los mejores economistas y politólogo del siglo pasado. Dos de sus libros, 'Salida, voz y lealtad' y 'Retóricas de intransigencia', deberían formar parte del bagaje intelectual de todo político que quiera contribuir a la convivencia pacífica y colaborativa en España y en Catalunya. Hirschman era un gran defensor del posibilismo político como forma de abordar los conflictos.

El posibilismo político se apoya en la idea de que no es cierto que las cosas siempre vayan a peor. Rechaza que el aumento de la entropía sea también una ley del mundo social y político. Por el contrario, sostiene que todo conflicto o tendencia social, por perturbadora que sea, tiene un punto de inflexión a partir del cual las cosas pueden mejorar.

Los buenos dirigentes tienen olfato clínico para atisbar el momento de inflexión de un conflicto

Los sucesos que pueden dar lugar a esa inflexión son imprevistos y no determinables a priori. Puede ser una sentencia judicial, una derrota electoral o el propio cansancio que produce el conflicto. Los buenos dirigentes políticos, como los buenos médicos, son aquellos que tienen olfato clínico para atisbar los momentos de inflexión del conflicto.

Lo que hemos visto estas últimas semanas en la política catalana con el acuerdo entre PSOE Y ERC y en la política española con el Gobierno de coalición entre PSOE Y UP son dos demostraciones de posibilismo basadas en el convencimiento de que la estrategia de tierra quemada perjudica a todos.

Los márgenes en los que tiene que operar este nuevo posibilismo político tanto en Catalunya como en España son muy estrechos. La política opera en un espacio lleno de reglas, normas, conductas, apoyos e instituciones que ponen límites a lo que es posible. Pero ya habrá tiempo para analizar estos límites.  Hoy lo que quería es hacer un elogio del posibilismo como una forma distinta de abordar el conflicto en Catalunya y la gobernabilidad en España.