IDEAS

La vida en sepia

Tradicional felicitación de Navidad del sereno

Tradicional felicitación de Navidad del sereno / periodico

Josep Maria Pou

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Estas fechas propicias al balance invitan también, inevitablemente, al recuerdo. No me gusta emplear el tiempo de estos días en listas ni recopilaciones (ya tengo yo mi debe y haber con lo mejor y peor de mí mismo); prefiero dedicarlo, en cambio, a la pura evocación, a sumergirme, como en un baño de espuma, en el ámbito de la memoria y dejarme llevar por los recuerdos, deteniéndome, eso sí, en el paladeo suave y lento de algunos en concreto, y pasando de puntillas, como no queriendo levantar la liebre, por aquellos que siguen resistiéndose al olvido.

Me gusta, en la tarde de Navidad y en la noche de Sant Esteve, acudir a los álbumes de fotos y recordar, del rosa al amarillo, instantes precisos, gestos congelados, miradas aviesas, sonrisas torpemente dibujadas, aquella cena de amigos, la cara de susto del fotomatón de urgencia. Y me gusta pasar los dedos sobre las imágenes. El tacto me lleva siempre a donde no alcanza la vista. Una superficie suave o rugosa, un revelado en brillo o en mate, completan la imagen hasta llegar, incluso, a modificar el recuerdo. Es sorprendente. Lo que recordabas ligero y delicado deviene ahora, al tacto, áspero y violento. Y viceversa.

En esa práctica he descubierto que el envejecimiento del color, la deriva en sepia de las fotos más antiguas, me resulta especialmente reconfortante. Es como si esa pátina del tiempo, esa mezcla de amarillo, naranja y tierra, tan cercana a la luz del ocaso, al libro viejo y a las hojas muertas, humanizara posados y paisajes. Todo me parece mejor en sepia. Tanto es así, que he decidido aplicar el sepia a cualquier fotografía que se me ponga por delante, desde las portadas de los periódicos a las que abren los telediarios. Así se me hace todo más llevadero. Menos agresivo.

No deja de seruna manera de engañarse, lo sé. Pero es también y sobretodo una manera de protegerse.¡Es Navidad!Qué menos que una tregua, un poco de calma, un respiro. Aunque solo sea para tomar aliento y desearles, de corazón, felices fiestas.