Las cuestiones lingüísticas del juicio del 'procés'

El Supremo bendice la inmersión

Marchena impuso un sobresaliente en Lengua Castellana a los procesados sometidos a la inmersión en catalán, y un muy deficiente en Comportamiento

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Matías Vallés

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El arrepentimiento en curso por la inmersión lingüística en catalán llega cuando se había persuadido a los más reticentes, del mismo modo que se lanzaron con pasión al divorcio quienes habían censurado con furor la ley de Fernández Ordóñez. No todos los enemigos de la ruptura legal del matrimonio han fallecido, pero todos se han divorciado.

También habían chapoteado en el idioma de Ramon Llull las personas más inesperadas, por encima incluso de sus posibilidades, y ahora descubren que PSC se deletrea en castellano. Sin ir más lejos, el Tribunal Supremo acaba de aplaudir a rabiar los frutos de  la inmersión lingüística. Y no un Supremo cualquiera de lo civil o lo contencioso, sino los seis hombres y una mujer sin piedad que condenaron a un año de cárcel por cada veinte mil votantes del referéndum de independencia. La sentencia resalta en sus fundamentos de derecho que «el soporte digital en el que consta la grabación del juicio es la mejor muestra de la fluidez, la precisión y el dominio de la lengua castellana que evidenciaron todos los procesados. Su capacidad argumental, la solidez dialéctica y, en algunos casos, la brillantez de sus exposiciones, disipan cualquier duda acerca de la alegada indefensión (por no haberse expresado en catalán)».

Es decir, que Marchena impuso un sobresaliente en Lengua Castellana a los procesados sometidos a la inmersión en catalán, y un muy deficiente en Comportamiento. Cabe imaginar la íntima envidia de más de un profesor, que también endosaría cien años de cárcel a sus alumnos más revoltosos. El Supremo insiste en el fallo en «la importancia constitucional del valor cultural representado por el plurilingüismo».

Dado que el altísimo tribunal no es definitivo porque acierte, sino que siempre acierta porque es irrefutable, el PSC puede seguir concentrado de modo preferente en la resolución del conflicto catalán, y solo subsidiariamente en el idioma en que se firma la paz. (No se pierda la próxima entrega, 'El Supremo promociona la vía eslovena a la independencia').