Soluciones al problema

Cambio climático y salud

Un efecto directo del cambio climático es la aparición de nuevas enfermedades que a menudo se acompañan de especies invasoras como es el caso de los mosquitos

Ilustración para la página de Opinión, Ciencia de Pere Puigdomènech

Ilustración para la página de Opinión, Ciencia de Pere Puigdomènech / ALEX R. FISCHER

Pere Puigdomènech

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La reunión de la conferencia de las partes sobre Cambio Climático, convocada por las Naciones Unidas se está desarrollando en Madrid bajo presidencia chilena. Ha habido discusiones y ha de haber algunas decisiones, quizás demasiado pocas para gusto de muchos. La importancia de que estas reuniones se hagan es que se trata del reconocimiento de que es un problema que necesita de decisiones globales. Los efectos que se prevén son diferentes en distintos países y tienen que ver con aspectos diversos de nuestra vida. Cada vez está más claro que nuestra salud puede estar afectada por los cambios en el clima. La aplicación de estas conclusiones en Catalunya es el objeto de un informe reciente.

La medida de que la temperatura de la atmósfera está aumentando nos la dan los datos de cualquier observatorio. Solo hay que observar los obtenidos por el venerable Observatori Fabra de Barcelona para constatarlo. La investigación de multitud de grupos de todo el mundo nos ha acabado de convencer de que la única explicación que tenemos de este aumento es la actividad humana, en particular la combustión de recursos fósiles. Un número creciente de resultados de observaciones en diferentes lugares del planeta nos están confirmando los efectos que se producen sobre nuestros ecosistemas. Pero también hay efectos sobre la salud humana.

La Secció de Ciències Biològiques del Institut d’Estudis Catalans acaba de publicar un informe que trata de resumir los efectos del cambio climático sobre la salud humana que ya se están dando en Catalunya y los que se pueden prever a corto y medio plazo. En nuestra casa podemos hablar de dos efectos principales. Uno de ellos es el aumento de periodos de alta temperatura de forma prolongada que pueden dar a lo que ha sido denominado las noches tórridas. En casas de Barcelona se han medido temperaturas de más de 30 grados por la noche y es bien sabido que la mortalidad en personas vulnerables aumenta de forma exponencial cuando se registran estos tipos de temperaturas. Del mismo modo se da la aparición de fenómenos meteorológicos más violentos y frecuentes. Ya estamos viendo que lluvias e inundaciones van sucediéndose y dejan un número de muertos cada vez mayor.

Hay que aplicar soluciones

El otro efecto directo del cambio climático es la aparición de nuevas enfermedades que a menudo se acompañan de especies invasoras como es el caso de los mosquitos. Ya ha habido un caso de transmisión del denguedengue aquí, una grave enfermedad vírica. También hay efectos indirectos del cambio climático que se añaden a otros factores de riesgo que producimos con nuestra actividad. Se trata sobre todo de contaminantes que permanecen en el agua y el aire que pueden llegar por la respiración o la comida. O también los problemas que se pueden causar para conseguir una producción suficiente de alimentos. La combinación de estos factores puede acabar teniendo efectos especialmente negativos para la salud. Y no hemos hablado de los efectos sobre la salud mental que estos factores producen en la población. 

La única 
explicación que tenemos del aumento de temperatura es la actividad humana: la combustión de recursos fósiles 

En estas circunstancias hay un conjunto de propuestas que pueden permitir paliar los efectos que ya se empiezan a oír cómo es el de socorrer a las personas más vulnerables que viven en condiciones de riesgo. En algunas poblaciones como Barcelona ya hay la previsión de “refugios climáticos” para cuando se presenten casos extremos. Y también es muy probable que haga falta una revisión de los planes de ordenación del territorio teniendo en cuenta las zonas más vulnerables. En Catalunya hay zonas en todo el territorio del Maresme al Delta de l’Ebre que están afectadas cuando hay tormentas fuertes en sus rieras y las costas. También está claro que hay que hacer un seguimiento de la aparición de enfermedades que hasta ahora eran inexistentes en nuestras ciudades. Tener sistemas para diagnosticarlas adecuadamente y estar preparados para cuando se confirman es un tema de salud pública que no se puede olvidar de ninguna forma.

Estas soluciones pueden permitir parar el golpe y hay que ponerlas en marcha de forma inmediata. Pero estos días se han discutido soluciones a escala global para evitar que los efectos sean cada vez más intensos. Las propuestas internacionales de reducir las emisiones de gases ricos en carbono están, y sabemos lo que hay que hacer. Esto quiere decir que hay que llevar a cabo cambios en nuestros sistemas de transporte, de calefacción o de producción agrícola entre otras. Las soluciones globales solo se producirán por un conjunto de decisiones locales coordinadas y más vale que ya las vayamos aplicando en nuestra casa.