ANÁLISIS

Ganar dos partidos seguidos, todo un lujo

Frenkie de Jong durante el Getafe-Barça en el Coliseum Alfonso Pérez.

Frenkie de Jong durante el Getafe-Barça en el Coliseum Alfonso Pérez. / periodico

Jordi Puntí

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Séptima jornada y el Barça consiguió en Getafe algo tan esencial para quien se quiere campeón como ganar dos partidos seguidos. Seis puntos de seis, todo un lujo a estas alturas. También consiguió más cosas, como por ejemplo ganar por fin fuera de casa y dejar la portería a cero.

Sí, esta temporada parece que el fútbol va caro y nos agarramos a los datos más básicos para coger confianza. No solo para el Barça, también para sus rivales: ahí está ese empate ceroceril de Atlético y Real, y ahí está también la derrota del Athletic, que parecía vivir del impulso tomado desde que Aduriz metió esa chilena en la primera fecha.

Solo Real Sociedad, Sevilla y Granada, con una solidez sorprendente, parecen haberle tomado el pulso al campeonato, pero veremos si mantienen el ritmo. (Duda de culé paranoico: los rivales que le hacen la vida imposible al Barça, como el propio Granada, ¿juegan luego con la misma intensidad contra el Real Madrid?)

Competir

Quizá por ese aire ecléctico que está tomando la Liga, tan saludable, tenemos que valorar la victoria en Getafe a partir del verbo preferido de Ernesto Valverde: competir. El Barça compitió con seriedad y por primera vez este año llenó con carácter el vacío dejado por Messi. Esta ausencia no es tan solo psicológica, sino también física: es un vacío que deberían estudiar en la NASA por su apariencia de agujero negro, que todo lo engulle.

La ausencia de Messi no es solo psicológica sino también física. Es un vacío que deberían estudiar en la NASA por su apariencia de agujero negro, que todo lo engulle

Hay una zona fría del campo que, cuando Messi no está, parece que nadie la pise. El sábado, en cambio, varios jugadores se aventuraron al abismo: De Jong transitó por esa tierra virgen con criterio y arte, Griezmann intentó medir su perímetro, y Carles Pérez incluso se atrevió a cruzarlo con un eslalon de afuera hacia dentro con disparo final que llevaba el sello del argentino.

Triunfo de la clase media

Sin la aristocracia de The Best, pues, hay que ver el partido del sábado como un triunfo de la clase media. Busquets, Arthur De Jong afianzaron un poco más su dominio en el centro del campo y supieron interpretar la presión avanzada del Getafe. Incluso Junior se convirtió en un héroe inesperado con su gol de oportunista.

 Poco a poco, a través de un complicado sistema de Ensayo y Error, Valverde va armando el esqueleto del equipo, a la espera de poder disponer de todos sus delanteros, algo que no ha sucedido todavía en el mes y medio de competición que se lleva. El forofo optimista que llevo dentro, entonces, se dice que llegará un día en el que todas las piezas se ensamblarán como en un juego de tetris.

Así las cosas, ¿qué es lo que recordaremos al final de la temporada de la victoria en Getafe? ¿Será un punto de inflexión? De momento, lo que nos quedará es el gol que fabricaron Ter Stegen Suárez, y que funciona como un recuerdo de la excelencia que perseguimos. El día en que defensa y centro del campo se muestran más sólidos, el portero se saca una asistencia que se salta todas las líneas y el delantero la prolonga con una vaselina precisa. Es la esencia minimalista del contraataque, pero por su belleza y sentido práctico parece dibujada por un arquitecto de la Bauhaus.