Impedimentos a una acción humanitaria

Puertos cerrados

La situación vivida por el 'Open Arms' estos días podría compararse a la de una ambulancia que transporta a un enfermo grave a la que no dejan entrar al hospital

Los migrantes del 'Open Arms' desembarcan en Lampedusa

Los migrantes del 'Open Arms' desembarcan en Lampedusa / periodico

Oscar Camps

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¿Qué pasaría si alguien no dejara a una ambulancia entregar una persona enferma al hospital? ¿Cuántas horas bastarían para que este espacio quedara rebasado por el confinamiento? Esa situación es parecida a la crisis humanitaria que ha vivido el Open Arms en su misión 65.

¿Qué es el 'Open Arms'? Aclaremos que no es un pesquero reformado, ni un buque de asistencia a torres petrolíferas, ni de carga: es un barco de salvamento marítimo. Es un remolcador que perteneció a Salvamento Marítimo español durante años, con un largo historial, y que fue rearmado en 2017 por nuestra ONG para continuar con su vocación: realizar acciones de rescate en el mar.

El Open Arms hace esta labor para garantizar lo que es seguramente el derecho humano primigenio, aquel sin el cual no se podría desplegar ningún otro: el derecho a la vida. Y esto lo hace conforme a una ley internacional que es la ley del mar.

Desde marzo de 2018, después de que por razones políticas la guardia costera italiana se desentendiera de la coordinación de eventos en aguas internacionales, una comisión europea se reúne para organizar el reparto de los náufragos cada vez que un barco civil, militar o de alguna organización humanitaria salva personas en el mar y se queda sin puerto a causa del incumplimiento, por parte de algunos países, de la legislación internacional. Esa comisión se activa cada vez que estados -que podríamos llamar antisistema- incumplen sus obligaciones como miembros de la UE (o se inventan decretos para no hacerlo).

20 días bloqueado

¿Por qué el Open Arms estuvo 20 días bloqueado a 800 metros de tierra, sin poder desembarcar a náufragos rescatados en aguas internacionales? Ni el país de la bandera del barco ni ningún otro activaron esta comisión. ¿Por qué ese desinterés?

A pesar de esto, la tripulación 65 ha batido el récord de asedio gracias a su profesionalidad, dedicación y entrega. ¿Quién soportaría auxiliar, cuidar, proteger y alimentar 3 veces al día a más de 100 personas confinadas 20 días en la cubierta de un barco? ¿Y hacerlo, además, a pesar del hostigamiento continuo en redes y de algunos medios de comunicación?

Esta misión ha sido la más dura, no solo por el tiempo de bloqueo sino, también, por el estado psicomédico que padecían las personas rescatadas. Tuvimos que realizar 65 evacuaciones por razones médicas durante los días que estuvimos sin puerto. Recordemos que Libia se encuentra en el momento más crudo de su guerra civil. Si los que pudieron huir llegaban en estas condiciones, ¡cómo estarán los que continúan hacinados en esos centros inhumanos de exterminio que financia Europa en Libia!

Acusaciones injustas

Durante la crisis se nos ha acusado de ser traficantes y aliados de mafias; incluso se nos ha amenazado con multas millonarias por “rescatar sin permiso”. También hemos oído decir que nuestra pequeña organización está guiada por una oculta agenda antigubernamental, entre otros bulos desmentidos que sólo buscan crear cortinas de humo. Se ha generado mucho ruido, pero de lo que apenas se ha hablado es del dolor. Las voluntarias y voluntarios, la tripulación del Open Arms y los náufragos rescatados nos hemos enfrentado a un gran sufrimiento a lo largo de todo este tiempo.

 “¿Desde cuándo no dormís tres horas seguidas?” fue lo primero que preguntó el Fiscal de Agrigento al mirar nuestros rostros al instante de subir al Open Arms con su equipo (psicólogo, médico y psiquiatra), para conocer de primera mano las condiciones higiénicas y emocionales en que estábamos tras tantos días de innecesario bloqueo.  Bastó un rato en cubierta para que el Fiscal decretara el desembarco. Sólo tuvo que oler y convivir con el hacinamiento, evaluar el nivel de estrés vivido por los náufragos y la extenuación de tripulación y voluntariado.

Lo que quedó claro al Fiscal fue que era físicamente inviable, tras tantos días bloqueados, emprender una nueva travesía de varios días para desembarcar a las personas que llevábamos a bordo, más aún teniendo la costa de Lampedusa a la vista. Estábamos en un contexto crítico, con riesgo de motín, que las autoridades no quisieron observar.

Valores de la UE

De todas las personas que han participado en este episodio, los voluntarios y voluntarias de 'Open Arms' han sido quienes han representado los valores fundacionales de esta UE de la que tanto presumimos. No olvidemos el esfuerzo impresionante que han realizado para poder desembarcar a salvo a 160 personas en unas condiciones tan adversas y prolongadas. También recordamos la labor de nuestros compañeros del Ocean Viking, el SeaWatch 3 y el Allan Kurdi.

La falta de consenso de una insolidaria Unión Europea al respecto a las políticas migratorias podría haber ocasionado la pérdida de vidas humanas en esta crisis. Open Arms, actuando siempre dentro de la legalidad más absoluta, ha conseguido doblegar decretos inmorales y que la justicia abra el puerto seguro más cercano, tal como indican el convenio SAR y el derecho marítimo internacional.

Open Arms no será nunca cómplice de esa inacción deliberada que ha ocasionado ya 14.000 muertos en el Mediterráneo sólo durante esta última legislatura europea. Con el apoyo de todos seguiremos protegiendo los derechos humanos en el mar.