Bochorno

Machismo interiorizado

No puedes evitar caer en la trampa de comentar estos temas, aunque lo realmente útil sería no hacer ni caso. Pero claro, acabaríamos con una ulcera de tanto tragar

Un manifestante sostiene una pancarta que exige tolerancia cero.

Un manifestante sostiene una pancarta que exige tolerancia cero. / periodico

Imma Sust

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Estoy harta (para no decir hasta los ovarios) de leer declaraciones de hombres que no saben de qué va la película. Machistas que no entienden que hay cosas que ya no se pueden decir. Tipos que se creen que todos son como ellos. Fran Rivera por ejemplo, diciendo que los hombres cuando reciben un vídeo sexual no pueden evitar compartirlo. Por suerte, todos los hombres no son como Fran Rivera. Tampoco son como José Lópezese concejal que para atacar a Irene Montero solo sabe señalar los pelos que tiene en las axilas.

La verdad es que estos temas nos empiezan a dar bastante pereza a algunas. No puedes evitar caer en la trampa de comentarlo, aunque creo sinceramente que lo realmente útil sería no hacer ni caso. Pero claro, acabaríamos con una úlcera de tanto tragar. Me pregunto qué le pasará por la cabeza a José López el día que decide escribir ese tuit: “Espero que si esta tipa es vicepresidente del Gobierno de España se afeite los pelos del sobaco cuando nos represente”.

¿De verdad, que esto es todo lo que espera de los políticos que nos representan? ¿Que se depilen los sobacos? ¡Ah! No. Claro. ¡Usted solo espera eso de las mujeres! Que por lo visto no venimos del mono, venimos de Barbilandia.

Mentalidad de cromañón

El otro día tuve una experiencia que me ayudó a entender un poco esta situación. Dos actuaciones idénticas de Rosalía en dos lugares distintos. No diré dónde para no herir sensibilidades. En un momento del 'show', ella pide silencio al público para cantar a capela una sentida canción. En la ciudad A, silencio absoluto. En la ciudad B, hombres que me dieron miedo, borrachos y gritando "¡Rosalía, enséñanos las tetas!" entre otras lindezas.

Lo pasamos mal las chicas que estábamos allí. Yo personalmente no disfruté del concierto. No podía parar de pensar como podía ser que Rosalía atrajera a aquel tipo de público. Ella, que es tan feminista y guerrerafeminista y guerrera. Luego pensé que la respuesta era la misma para todos: para los cromañones del concierto, para Fran Rivera y para el concejal del PP. Machismo interiorizado.