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Nuevo ciclo, nombres nuevos

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Xavier Bru de Sala

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Ahora que ya tienen 30 años los equipamientos inaugurados en los inicios del autonomismo y ahora que debemos dar el ciclo por agotado y pensar otro, podríamos empezar visualizando el cambio con un rebautizo general. La palma de la sopa de letras de los disparates se la lleva el Mnactec (Museu Nacional de la Ciència i la Tècnica de Catalunya), que nadie sabe que es nacional y que no se encuentra en el África austral sino en Terrassa. Que le pongan nombre de una vez.

Los museos tienen nombres, no siglas, como las personas

La estúpida moda de imitar al MoMA ha infligido más daño que un huracán. Los museos tienen nombre, no siglas, como las personas. Si añadimos que se puede ser nación y tener complejo de nación -Edipo tampoco sabía que tenía complejo de Edipo- daremos con la segunda causa de los bautizos anómalos. Si queremos ser normales como el Louvre, el Hermitage, el Pérgamon, los Ufizzi, la Tate y cientos más, al MNAC deberemos llamarle Museu de Montjuic. El Macba deberá ser rebautizado como Museu del Raval (y así el barrio lo integraría). Si no queremos hacer el ridículo y exhibir prejuicios en vez de crear sinergias, los tres equipamientos de las Glòries deberían denominarse, a la manera de la berlinesa Isla de los Museos, Teatre de les Glòries, Auditori de les Glòries y Centre (no Hub, provincianos, más que provincianos) de Disseny les Glòries.

El Museo que explica Londres se llama Museum of London, pero su equivalente barcelonés, mil veces más interesante, se llama, agárrese, lector desprevenido, Muhba, que más de medio mundo confundiría con el grito de guerra del Marsupilami. Joan Subirats, ahora que se ocupa del Icub después de ganar una dura batalla a los gestores partidarios de la funcionarización de la cultura, empiece por poner los nombres que corresponden a las cosas: Museu de Barcelona, y punto. Les Drassanes, nombre, y Museu Marítim, subtítulo. Y si a alguien le sobran entendederas, que aprenda del Museu Marés, active todo el potencial de los mejores edificios y empiece a convertir museos en centros interdisciplinares y multidisciplinares. Nuevo ciclo, menos oscuridad.

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