IDEAS

Alcàsser no está en Texas

zentauroepp48617188 graf7886  madrid  13 06 2019   fotograf a facilitada por net190620184903

zentauroepp48617188 graf7886 madrid 13 06 2019 fotograf a facilitada por net190620184903 / periodico

Desirée de Fez

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Alcàsser no está perdido en un punto indeterminado de la América profunda. Está cerca. Y, por mil razones, la más horrible de sus historias está clavada en nuestra memoria, duele e indigna como el primer día y es imposible que caiga alguna vez en el olvido. La semana pasada se estrenaba en Netflix 'El caso Alcàsser', serie documental sobre el terrible asesinato de tres niñas que conmocionó al país a principios de los 90.

La vivencia del ‘true crime’ varía cuando lo que cuenta te afecta de verdad 

No pretendo hacer una crítica de una serie que, a día de hoy, nada más acabarla, valoro por varias razones pero me genera muchas dudas y conflictos. Pero me apetecía compartir una impresión que me acompañó durante la (para mí durísima) experiencia del visionado. Fue descubrir cómo cambian las cosas, cómo varía la vivencia del 'true crime' (género literario, radiofónico, cinematográfico y televisivo de moda esta década y sobre la reconstrucción documental de crímenes reales), cuando lo que te están contando te afecta de verdad, no te es ajeno y, muy importante, no pertenece a una realidad (con sus escenarios y sus personajes) que tradicionalmente has observado desde la distancia y, a menudo, bajo el filtro de la ficción.

Es cierto que Elías León, director de la serie, y su equipo huyen del 'look' estandarizado y de las decisiones más obscenas del 'true crime' de moda (intromisión indiscriminada en los hechos, sensacionalismo maqueado, uso tendencioso de recursos de ficción). Pero, aun así, por la cercanía del caso que reconstruye, para mí ha sido imposible acercarme a 'El caso Alcàsser' sin sentirme alerta y perpleja, sin cuestionarme decisiones que he comprado sin problemas (o directamente ni he detectado) en series similares sobre crímenes ajenos y lejanos. Es curioso cómo el reconocimiento del relato (y la implicación emocional) altera, incluso desactiva, la experiencia del 'true crime'. A mí me vuelve desconfiada, preguntona y exigente. El género de moda, uno de los 'hits' de las plataformas, pierde de golpe su condición de entretenimiento (macabro, pero entretenimiento al fin y al cabo) y se convierte en algo imposible de encarar sin que se te disparen las dudas y las alarmas.