Recordando los años 70

La década de los 70 goza de una mala fama inmerecida, sobre todo a nivel estético, gracias a la inexplicable aparición del pantalón de pata de elefante y del 'mullet', peinado absurdo donde los haya que hoy día ya solo luce Jordi Cuixart. Los 80, por el contrario, son observados con mucha tolerancia, pese a aquellas melenas escaroladas de las mujeres y las chaquetas con hombreras de los hombres (arremangadas, a ser posible, como Don Johnson en 'Corrupción en Miami'). Para intentar poner las cosas en su sitio, el fotoperiodista y archivero mayor del reino Xavier Gassió acaba de publicar '¿Qué fue de los 70?', ideal para regalar en Sant Jordi a los que éramos adolescentes en esa década, que no dudo en calificar de prodigiosa, y, sobre todo, a los que no estaban.

Vamos a ver, solo en 1972 aparecieron tres discos fundamentales de la música pop, el 'Ziggy Stardust' de David Bowie, el 'Transformer' de Lou Reed y el primer álbum homónimo de Roxy Music. En Barcelona, la segunda mitad de la década fue una fiesta estupenda entre la muerte de Franco y la llegada de Pujol, quien, como el comandante, mandó a parar: Sisa era una estrella del 'underground', produjimos el único grupo español de punk digno de tal nombre, La Banda Trapera del Río, y disfrutamos de cinco años en los que no se sabía muy bien qué estaba prohibido y qué no y esto era un 'Can Pixa i rellisca' de lo más estimulante. Pese al pantalón acampanado y el 'mullet', los 70 fueron unos años magníficos, mejores que los actuales, y tomárselos a pitorreo no es de recibo.

Xavier Gassió es un hombre que no tira nada, como la madre de Raimon, y tiene un impresionante archivo personal de imágenes con las que ha llenado '¿Qué fue de los 70?', muy útiles todas para recordar la época quienes la vivimos y para que se la tomen un poco más en serio los que no. También es un repaso gráfico y literario a una España que ya no existe, pero en la que había una confianza en el futuro que ha desaparecido en la actualidad, cuando impera el 'Jesusito, Jesusito, que me quede como estoy'. Años de quimeras y utopías, probablemente, pero social y culturalmente relevantes. ¿Una década fea y cubierta del pelo de la dehesa? También. Pero impregnada de un concepto que se ha ido mustiando con el tiempo: ilusión.