análisis

Leer los partidos

ahg00f29001

ahg00f29001 / ALBERT BERTRAN

Jordi Puntí

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Un fin de semana sin  futbol significa horas para leer (más). Históricamente la lectura y el fútbol se han visto como antónimos, mundos que no se mezclaban, pero solo era un espejismo. Un partido de fútbol es también un ejercicio narrativo, con sus intrigas y villanos y su desenlace. Tengo para mí que la llegada de Cruyff al banquillo del Barça, cuando empezó a cuajar el 'Dream team', motivó a escribir mejor sobre lo que veíamos en el campo. Poco a poco se rompía un tabú cultural, ya no bastaba con un relato plano y periodístico, sino que esa forma de jugar -esa filosofía- era creativa y motivaba el debate. Manuel Vázquez Montalbán, ese precursor de casi todo, ya no estaba solo. Fue la época del “miedo escénico”, de los entrenadores que sabían “leer los partidos” y los libros sobre fútbol resultaron una forma de prolongar el placer de ver fútbol.

Desde entonces cada temporada nos deja una lista de autores que tocan el verbo con talento de 10, y la biblioteca va creciendo. Un buen ejemplo es el reciente 'Poesía y patadas', de Miguel Ángel Ortiz (editorial Córner), que en realidad es un libro de libros. Ortiz ha reseguido a fondo la relación entre fútbol y literatura en los últimos cien años, y más allá. Despega con el escritor uruguayo Horacio Quiroga, que dedicó un cuento trágico a un futbolista que se suicidaba, y acaba con un homenaje a Eduardo Galeano, fallecido en el 2015, y autor de uno de los libros más celebrados, El futbol a sol y sombra. La selección es exhaustiva e inspiradora, pero sobre todo muy razonada y sorprendente. Ortiz nos da el contexto para entender de donde salen los relatos, poemas y artículos que han hablado de algún aspecto del fútbol, pero se nota que es su pasión porque además nos invita a buscarlos y leerlos. Nos abre el apetito. En sus cerca de 400 páginas cabe casi todo: las teorías del futbol poético de Pasolini. La recreación que Bernardo Atxaga hizo del Mundial España 82 en la novela 'Un hombre solo'. La defensa del portero que hacía Nabokov en sus memorias. La estupefacción de Roberto Arlt cuando vio su primer partido de futbol, en 1929...

Retrato del futbolista adolescente

Por razones de tiempo, en el libro de Ortiz no sale 'Retrato del futbolista adolescente', de Valentín Roma (Periférica), pero por su gracia literaria sin duda tendrá un lugar en próximas ediciones. “Cada cierto tiempo sueño con que soy, otra vez, un futbolista adolescente”: con esta frase se abre esta narración personal de los años en que Valentín Roma pudo ser un jugador profesional. De una familia obrera de Ripollet, para quien la política tenía más peso que el pan y circo futbolístico de los años 80, hoy Valentín Roma es director de la Virreina Centro de la Imagen. El relato de su paso por el mundo del fútbol, en las categorías inferiores de un club de Madrid que no se nombra, pero con un presidente muy parecido a Jesús Gil (para quien todos los catalanes tienen que llamarse Jordi) es un retrato irónico y sentimental que va en dos direcciones: el despertar cultural de un joven que se debate entre el arte y la vida, pero también el submundo loco y megalómano del negocio del fútbol. No se los pierdan.