Religión y nacionalismo

Luces negras en la Tierra de Israel

El pensamiento del rabino Avraham Yitzhak Kook explica muchos de los acontecimientos que suceden hoy en día

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Eugenio García Gascón

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Para entender el Israel contemporáneo y vislumbrar su futuro es indispensable conocer la obra del rabino Avraham Yitzhak Kook. Su pensamiento explica muchos de los acontecimientos que suceden en nuestros días no solo en las colonias judías de los territorios palestinos ocupados sino también dentro de Israel. Existe una bibliografía inmensa sobre él en hebreo, y también en inglés, como el libro 'Eretz Yisrael. Lights on Orot', publicado hace algunos años con comentarios del rabino David Samson y de Tzvi Fishman, dos grandes expertos en el rabino. De hecho, el libro, de 231 páginas, contiene poco más de un centenar de líneas de la pluma Kook, ampliamente enriquecidas con reflexiones y análisis de los dos exégetas mencionados.

La doctrina de los Kook

El rabino Kook nació en la actual Letonia en 1865 y falleció en Palestina el 11 de septiembre de 1935. No se estableció en Palestina hasta 1904, y su mayor logro debe considerarse la fusión que realizó entre la religión judía ultraortodoxa y el sionismo nacionalista. Se trata de una fusión explosiva que mucho después de su muerte acabó de cristalizar por medio de su hijo, Zvi Yehuda Kook, en la escuela rabínica que el primero fundó y el segundo dirigió, y que sigue activa en Jerusalén. Desde este lugar, llamado Merkaz Harav, innumerables discípulos de Kook padre y de Kook hijo han irradiado su saber y una desmedida pasión por la religión y el nacionalismo en todas las direcciones, especialmente desde los años 60, creando una red tupida y muy influyente en el pensamiento contemporáneo.

La doctrina de los Kook es una de las respuestas más virulentas que se han dado contra la Ilustración y contra la razón del siglo XX, una reacción que se sostiene sobre el Romanticismo reaccionario, sobre el atavismo de las religiones y los nacionalismos propios de las secuelas del Romanticismo. Kook predicó en un teatro con un trasfondo de violencia. Sus discípulos han interpretado sus ideas como una ideología donde la violencia es necesaria para lograr los objetivos. E invoca generalmente de forma tácita una considerable dosis de violencia para conseguir la Tierra de Israel, cuya propiedad le fue concedida directamente por Dios. Muchos de sus discípulos, consecuentes con sus ideas, incorporan el matiz del uso de la violencia contra los palestinos como algo explícito, sustancial y natural.

Una conocida anécdota ilustra la batalla que mantuvo con un célebre poeta hebreo que se había casado con una mujer cristiana. Por escrito y personalmente, Kook dio la murga al poeta para que convenciera a su esposa para que dejara el cristianismo y abrazara el judaísmo. El poeta, Shaul Tchernichovsky, nunca le hizo caso y su esposa tampoco mostró intención de cambiar de religión, pero la anécdota refleja la tendencia de los visionarios religiosos y nacionalistas a convencer a quienes tienen a su alrededor y no lo son, cayendo con frecuencia en un apostolado muy característico del fanatismo religioso y nacionalista que se considera en posesión de la verdad absoluta. La doctrina religiosa y nacionalista de Kook hoy también puede calificarse de populismo, y como tal, se encuentra en lado oscuro de la historia, es decir en el lado opuesto al de la razón.

La escuela rabínica Merkaz Harav

Ochenta y tres años después de su muerte, la obra de Kook sigue siendo el centro sobre el que gira la escuela rabínica Merkaz Harav, formando cada año a un gran número de rabinos, muchos de los cuales han propagado las ideas del fundador por las yeshivas que hay por todo Israel y por los territorios ocupados, creando nuevos discípulos en un número nada despreciable. Lo que al principio era solo una ambición de fundir la religión con el nacionalismo del rabino Kook, es hoy una realidad palpable y muy influyente en todo el país, incluidos el ejército y la clase política, con sus propios periódicos y emisoras, que continúa creciendo a un buen ritmo a costa de un laicismo que parece que cada vez tiene menos argumentos para combatir esa realidad.

La visión del rabino Kook, con todo lo que puede tener de reaccionaria en lo tocante a la religión y el nacionalismo, es quizá la principal fuerza motora que guía hoy la política en Israel. Algunos lectores no familiarizados con el día a día de Israel pueden pensar que esto es una exageración, pero no es así. Por supuesto, uno de los pilares que los discípulos de Kook predican con más insistencia es que Israel tiene derecho a toda la Palestina histórica, y así lo recalcan cuando se les pregunta por ello, y esta visión es compartida por un número significativo y creciente de israelíes y de judíos de la diáspora.