editorial

¿Qué fue de la compra pública innovadora?

La Generalitat tenía previsto que estas trasancciones que fomentan el I+D y son muy importatrnes para las biotecnológicas significaran en la actualidad el 1% de todos sus suministros

Una investigadora en el Parc Científic de Barcelona.

Una investigadora en el Parc Científic de Barcelona. / periodico

Agustí Sala

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Catalunya disfruta de un ecosistema biotecnológico y de ciencias de la vida en expansión. No solo ha captado el interés del capital autóctono sino del internacional. Aunque queda mucho trecho por recorrer, los datos demuestran que se va en la buena línea, con polos de innovación como el Parc Científic de Barcelona (PCB) o Biocat, cuyo último informe destaca que en el 2017, las 'start-ups' biotecnológicas captaron 107,3 millones de euros, y en los 10 primeros meses del 2018 consiguieron 100,2 millones.

Pero hay un motor esencial que no acaba de funcionar: la compra pública innovadora, que no es solo un apoyo económico, que también; sino un mensaje de confianza en el sector por parte de las Administraciones de cara a terceros ¿Qué mejor carta de presentación que contar con el sector público como cliente o socio?

La Generalitat preveía destinar en el 2017 a compra innovadora el 0,5% de total de sus suministros como parte del Pla Nacional de Compra Pública d'Innovació (CPI) 2016-2020, con el objetivo del llegar al 1% en los dos últimos ejercicios.

Mediante la contratación pública (solo la Generalitat realiza anualmente compras por más de 2.000 millones de euros) se demandan productos o servicios que aún no existen en el mercado, pero que están a punto de hacerlo o empezando a introducirse en el mismo y se aporta más seguridad a las empresas que innovan. Otra fórmula consiste en contratar servicios de investigación y desarrollo en los que se comparten riesgos y potenciales beneficios ¿Qué ha sido de todo esto?