EN CLAVE EUROPEA

En busca de un plan B para el 'brexit'

Un manifestante sostiene las bandera de Gran Bretaña y de la UE en una protesta ante el Parlamento británico, en Londres.

Un manifestante sostiene las bandera de Gran Bretaña y de la UE en una protesta ante el Parlamento británico, en Londres. / periodico

Eliseo Oliveras

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A 77 días de la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), en la medianoche del 29 de marzo, se hace cada vez más imperativo a ambos lados del canal de la Mancha la urgencia de elaborar un plan B para el brexit, si se quiere evitar el desastre socioeconómico de una separación abrupta. La policía británica acaba de recomendar a los supermercados y las tiendas que refuercen las medidas de seguridad ante el riesgo de que se vean desbordados por el miedo al desabastecimiento de alimentos y productos de primera necesidad. Este es un nuevo ejemplo de la imagen de descontrol que transmiten las autoridades.

Las dos derrotas parlamentarias que ha sufrido esta semana la primera ministra británica, Theresa May, auguran el 15 de enero un rechazo mayoritario de los diputados al Tratado de retirada del Reino Unido de la UE. El 59% de los miembros del Partido Conservador de May están en contra del tratado pactado, según un sondeo publicado este mes. El rechazo parlamentario conduciría por defecto a una salida británica de la UE sin acuerdo.

Clarificaciones insuficientes

Las clarificaciones sobre ese tratado de salida que la UE prepara para allanar ese voto crucial se quedan lejos de las aspiraciones de May, ya que reiteran las declaraciones de buena voluntad formuladas por los líderes de los Veintisiete en la cumbre europea de diciembre.

La UE estudia dar formato de carta legal a esas clarificaciones para reforzar la posición de la premier ante un Parlamento británico mayoritariamente hostil. Pero su contenido no irá más allá de expresar la intención de los Veintisiete de tener un acuerdo sobre las relaciones futuras del Reino Unido con la UE antes de finalizar el periodo transitorio el 31 de diciembre del 2020 y que el mecanismo de salvaguardia para evitar una frontera física dura entre Irlanda e Irlanda del Norte es una medida de contingencia de emergencia que se confía en no tener que activar.

En esas clarificaciones, los Veintisiete no ofrecerán, como desearía May, garantías legales a Londres, ni una fecha límite jurídicamente vinculante para la firma del futuro acuerdo comercial entre el Reino Unido y la UE, ni tampoco una fecha de expiración para el mecanismo de salvaguardia sobre la frontera de Irlanda. Los Veintisiete consideran que no pueden quedar atados jurídicamente en estos temas a las veleidades imprevisibles del Gobierno británico.

Exasperación

La UE esperará a ver el resultado de la votación en el Parlamento antes de plantearse nuevas opciones ante la cada vez más caótica situación política británica, según fuentes diplomáticas. El presidente permanente de la UE, Donald Tusk, y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, han reiterado en los últimos días a May que la negociación del tratado de salida pactado "no se reabrirá" y que es el mejor acuerdo que la UE pude ofrecer al Reino Unido dadas las líneas rojas fijadas por Londres.

Entre los Veintisiete existe exasperación por los calculadamente ambiguos planteamientos británicos, que parecen diseñados para ir arrancando sucesivas concesiones a la UE, y por la incapacidad del Gobierno para consensuar con el Parlamento británico una posición nacional común en una cuestión tan crucial para el país.

La UE también está abierta a la posibilidad de retrasar la fecha de salida del Reino Unido, pero se muestra escéptica de que un aplazamiento sirva para algo, a menos que esté asociado a un cambio en la situación política británica, como unas elecciones anticipadas o la convocatoria de un segundo referéndum sobre la permanencia en la UE. El Gobierno de May reafirmó este martes que la salida británica se producirá el 29 de marzo, mientras el líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn, estima que ese aplazamiento es inevitable.

Más prerrogativas

Si Theresa May pierde el 15 de enero la votación en el Parlamento sobre el acuerdo de salida de la UE, como se prevé, deberá presentar un plan alternativo en el plazo de tres días laborables a la Cámara. La mayoría de los diputados le impuso esa condición el pasado miércoles para acabar con las estrategias dilatorias de May.

El Parlamento británico se está dotando de crecientes prerrogativas para intentar evitar una salida abrupta de la UE sin acuerdo, que solo ven con entusiasmo los miembros del ala más euroescéptica del Partido Conservador, pero que May sigue considerando como una opción viable y manejable. Los diputados británicos aprobaron el martes una enmienda en la ley de finanzas que restringe los poderes presupuestarios del Gobierno en caso de que vaya a producirse una salida de la UE sin acuerdo. Lo que no está claro qué va hacer el Parlamento británico con esos poderes y si será capaz de consensuar una posición común mayoritaria.