análisis
Trump 2019: manteniendo grande a América
Para hacer frente con éxito desafíos de Irán, China, Rusia y Corea del Norte, el presidente va a implementar la doctrina de la era Reagan: "Paz a través de la Fuerza"
Rubén Herrero de Castro
Profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid.
Rubén Herrero de Castro
Ya se ha sobrepasado el ecuador del primer mandato de la Administración Trump y el presidente no deja de sorprender a la opinión pública doméstica e internacional. Con un matiz, por aquellos lares se toman a Trump seriamente pero no literalmente. Y el resto del mundo hace lo contrario, esto es, tomárselo literalmente, pero no seriamente.
Todos los que pronosticaban el hundimiento de la economía bajo su presidencia observan atónitos cómo la Administración Trump bate records de empleo. Una política económica que descansa en la narrativa dura de la competición, que bajo el principio “retirarse para negociar (quizás) más tarde”, cristaliza en tensión arancelaria contra sus principales rivales, China y la Unión Europea. La llamada de atención de Trump, ha servido más que para reequilibrar balanzas comerciales bilaterales, para potenciar sus industrias más competitivas, como por ejemplo la del acero. Y esa será la senda que mantenga el presidente Trump hasta 2020.
Acción exterior
Los otros polos de atención de su Administración en el 2019 serán Irán, China, Rusia y Corea del Norte. Para abordarlos con éxito, Trump va a implementar una doctrina de acción exterior de la era Reagan: “Paz a través de la Fuerza” combinándola con un retorno al aislacionismo. Este último es un concepto mal entendido. No significa apartarse de los asuntos internacionales, sino reservarse el derecho de intervenir de forma unilateral en los mismos. Harto de soportar el coste de la seguridad internacional y de las dinámicas multilaterales que en un entorno anárquico, perpetúan el estado de la cuestión, Trump, apuesta por construir la paz desde la fuerza y hacer ver a sus aliados que también han de contribuir de forma sustantiva a la seguridad.
Ha comenzado por retirarse de Siria, para reposicionarse en el próximo campo de batalla, Asia. La expansión incontrolada de China, que recientemente amenazaba con recurrir a la fuerza para unificarse con Taiwán y la amenaza nuclear norcoreana son los dos asuntos más relevantes y ambos han de tratarse desde la fuerza, el único lenguaje que ambos entienden. Una fuerza que no excluye una aproximación dura de la diplomacia, esto es, aquella que muestra las consecuencias de no alcanzar acuerdos, o bien retirarse del tratado de control nuclear suscrito por Obama con Irán, como señal de futuros posicionamientos que no excluyen el uso de la fuerza.
Doctrina de la contención
Respecto a Rusia se mantendrá, con matices diferentes a los de la Guerra Fría, la doctrina de la contención, desde una mejor posición en el entorno que entonces, sabedores de que el poder económico ruso no puede soportar el stress que supone competir con Estados Unidos.
Durante el 2019, Trump se centrará en mantener seguras sus fronteras, reforzando su política de inmigración, donde el famoso muro juega un papel simbólico incuestionable. Y mantenerse fuerte en el entorno internacional, ampliando su capacidad unilateral de intervención. Sólo así podrá mantener América grande (su slogan para el 2020) y ganar de forma más que probable la reeleción.
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