La amenaza a las políticas de igualdad

La vieja ultraderecha emergente y los derechos de las mujeres

El discurso machista de Vox implica una inaceptable estrategia de recorte de derechos ya consolidados

Ilustración de Leonard Beard

Ilustración de Leonard Beard / periodico

Gemma Altell

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Acabamos de conocer un nuevo asesinato machista: Laura Luelmo. Profesora residente en Huelva. Una vez más violencia sexual. En este contexto imparable de violencias contra las mujeres, Vox se permite negar el componente estructural de esta violencia y cuenta con  un sistema institucional que le da cobertura. 

Sin embargo, quiero pensar que el cambio sociocultural hacia la igualdad ha calado suficientemente en la sociedad española como para que los mensajes maniqueos, falsos e infantilizantes de Vox -que han recibido un cierto rédito en las urnas andaluzas- no sean una amenaza para nuestra democracia y, especialmente, para los derechos de las mujeres.

La sociedad española y sus instituciones deben hallar mecanismos para no aceptar este insulto a la democracia

No trato aquí de analizar las causas del resultado electoral sino de poner el foco en qué implica su discurso sobre las mujeres, la violencia machista y la igualdad. Asumiendo la tesis de que la ciudadanía a menudo votamos en base a una dimensión concreta y no al programa completo de un partido entiendo que -excepto un pequeño y rancio grupo machoalfista- el resto de votantes de Vox ha ladeado la mirada respecto a los temas de igualdad. Sin embargo esta condición no hace que la cuestión sea menos  preocupante. Vox propone derogar la ley integral contra la violencia de género, recortar la ley del aborto, negar el género como elemento de desigualdad estructural, reconocer solo el matrimonio heterosexual, etc. Además de partir de una falta de conocimiento y cultura espeluznante en el año 2018 utilizando mentiras como el porcentaje de denuncias falsas por parte de las mujeres, este discurso implica una estrategia sistemática de recorte de derechos y libertades ya consolidados en nuestro país. Es inaceptable. Hasta el punto que deberíamos plantearnos como sociedad por qué permitimos esta vulneración.

¿De qué mecanismos deberíamos dotarnos para blindar los pequeños logros en igualdad que vamos consiguiendo? Una vez más nos encontramos ante un sistema que presumiendo de ser democrático, penaliza unos discursos y no otros.

Pero el relato de Vox y la coartada social que le ofrecemos no se queda aquí: para justificar su racismo y sus políticas antiinmigración Vox habla del riesgo de incorporar culturas con valores machistas en nuestro país que “tratan mal a las mujeres” cayendo en uno de los tópicos más desmentidos de la historia: ni la desigualdad entre géneros ni la violencia machista se fundamentan en la diferencia cultural ni social. Son elementos estructurales  del sistema patriarcal vigente en la mayoría de culturas del mundo. Utilizar las políticas de igualdad desarrolladas durante años y promovidas por partidos de izquierdas como escudo contra la inmigración es cínico, perverso y a la vez incoherente con su propuesta de reducir los derechos de las mujeres e invisibilizar las desigualdades. No hay nada más machista que esto. Quiero pensar que la sociedad española y sus instituciones encontrarán mecanismos para no aceptar este insulto a la democracia.