LA CLAVE

Discrepancia

La discrepancia política cada vez se ejerce con menos respeto por la libertad de los que piensan distinto y de la democracia

Los Mossos siguen de lejos la concentración de los CDR en la AP-7.

Los Mossos siguen de lejos la concentración de los CDR en la AP-7. / ACN / MAR ROVIRA

Olga Grau

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Tras la irrupción de Vox en Andalucía, Podemos llamó a la movilización en la calle para protestar contra el resultado del partido ultraderechista en las urnas. Miles de personas salieron a manifestarse en las capitales andaluzas contra la formación política misógina, xenófoba y retrógrada que ha obtenido 12 escaños en el Parlamento andaluz y que se ha convertido en una pieza clave en la gobernabilidad de la comunidad.

La discrepancia en democracia es saludable, pero la pregunta es si debe un partido político convocar manifestaciones para protestar contra los 400.000 votantes que ejercieron de forma legítima su derecho a voto en Andalucía optando por Vox. O si más bien deberían los partidos políticos tradicionales realizar una reflexión para entender por qué el voto ultraderechista está creciendo en un país que se había mantenido durante toda la crisis al margen de la tendencia europea hacia la ultraderecha.

De la misma manera que Iglesias se ha equivocado llamando a la ciudadanía a protestar contra un fenómeno provocado por el mismo fracaso de la política convencional, incapaz de dar respuestas a los frustrados y a los indignados, también se equivoca el Govern de Quim Torra dando alas a los CDR en Catalunya para ganar en la calle lo que no es capaz de gestionar por la vía de la política.

La manifestación de los CDR el Día de la Constitución en contra de Vox era absolutamente legítima. Pero el uso de la violencia para romper el cordón policial de los Mossos d'Esquadra no es aceptable en una sociedad democrática que aspira a mantener la convivencia. La desautorización al más alto nivel político de la actuación de los Mossos el pasado jueves, cuando se podría haber optado por una investigación interna para evaluar si los protocolos se aplicaron de forma correcta, genera una fuerte incertidumbre en un cuerpo policial que vive una indeseable utilización política. Los cortes de los CDR en la AP-7 para pedir dimisiones políticas por la presunta mala actuación de los Mossos en Girona son un síntoma de que la discrepancia cada vez se ejerce con menos respeto por la libertad de los que piensan distinto y de la democracia.