La clave

¿Ni olvido ni perdón?

El Govern debería fomentar la reconciliación y combatir el revanchismo, no alimentarlo. Porque todos los catalanes, no solo algunos, tenemos cosas que perdonarnos

Pintada en el domicilio de Salvador Illa, secretario de organización del PSC.

Pintada en el domicilio de Salvador Illa, secretario de organización del PSC. / periodico

ENRIC HERNÀNDEZ

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Pintura amarilla en la casa del juez Pablo Llarena en Sant CugatPablo LlarenaEsvásticas pintadas y ruedas pinchadas en el coche de Alejandro FernándezAlejandro Fernández, nuevo líder del PP catalán. Pinturas de guerra en la entrevista en TV-3 a la presidenta de Ciutadans, Inés Arrimadas. Un año después del otoño del ‘procés’, la madurez de la sociedad catalana ha evitado, por fortuna, que la tensión política arraigue en las calles. Pero facciones del independentismo, impacientes por la ausencia de avances hacia la prometida república, prodigan preocupantes episodios de hostigamiento. Pinta mal.

‘Ni oblit ni perdó’, se lee en decenas de fachadas de Catalunya, en carteles de las entidades soberanistas y como etiqueta en las redes sociales, divulgada irresponsablemente por algunos cargos institucionales. Tras el “ahora o nunca”, “ni olvido ni perdón” es el nuevo mantra de los hiperventilados que ansían venganza por la violencia policial del 1-O, por el encarcelamiento de sus líderes y, en suma, por el desmoronamiento del ensueño republicano. Es el ‘a por ellos’ del sector revanchista --confiemos que minoritario-- que anida en el movimiento independentista, alimentado por la retórica ‘guerracivilista’ de una parte significativa del Govern y por la enardecida propaganda de ciertos medios de comunicación. 

Frente a estas voces, conviene escuchar a quienes de verdad han asumido responsabilidades por sus actos, pagando una dolorosa factura por ello. Como Oriol Junqueras, cuando condena desde la cárcel los constantes insultos a quienes no profesan la fe independentista. O Quim Forn, esta semana en TV-3: “Ni podemos ni debemos olvidar, pero ¿por qué no deberíamos perdonar?” Pese a llevar un año entre rejas, el ‘exconseller’ asegura no sentir “ni odio ni rencor hacia nadie”, y recuerda que "sin perdón es imposible avanzar”.

Convivir en paz

La necesaria reconciliación en Catalunya exige que el Govern condene y persiga cualquier ataque ideológico, venga de donde venga, y que predique el perdón en vez de alentar el odio. Porque todos los catalanes, y no solo algunos, tenemos mucho que perdonarnos y que olvidar, si es queremos seguir conviviendo en paz.