MIRADOR

La compra del patriota

La agonía del franquismo reverbera de forma caprichosa en las listas de empresas y de consumidores independentistas de la ANC

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LUIS MAURI

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El hombre no sabe -nunca lo sabrá- que 43 años después los independentistas catalanes harán listas de empresas, comercios y consumidores adeptos a la causa. El hombre lleva una hucha en la mano derecha y un cartelón en el pecho: "Para la libertad de los españoles". Tiene la frente ancha, la mirada diamantina, la sonrisa carnosa.

Un niño rubio con gafas, una mujer alta con gabardina, un joven de melena y pantalones acampanados observan al hombre a escasa distancia. Una curiosidad desenfadada dulcifica las miradas. Es el 3 de octubre de 1975 y Olof Palmeprimer ministro de Suecia y socialdemócrata carismático, pide donativos en un mercado de Estocolmo para ayudar a la oposición antifranquista en España.

Franco se muere y su dictadura agoniza con él. En su lento desfallecimiento, el régimen intenta conjurar su debilidad con un baño de sangre. Otro más. Entre el 28 de agosto y el 18 de septiembre de 1975, condena a muerte a tres militantes de ETA p-m y a ocho del FRAPLos consejos de guerra levantan una ola internacional de protesta.

La ONU y la Comunidad Económica Europea reclaman el indulto. La OTAN deplora las condenas. Las manifestaciones se suceden en numerosas ciudades europeas. Los sindicatos franceses e ingleses boicotean Iberia y otras empresas españolas.

El 26 de septiembre, el régimen indulta a seis condenados y el día siguiente fusila a los otros cinco en Barcelona, Burgos y Hoyo de Manzanares. La indignación se multiplica. Varias sedes diplomáticas españolas son atacadas. La embajada de Lisboa es saqueada e incendiada. Una docena de países llaman a consultas a sus embajadores en Madrid. México pide la expulsión de España de la ONU.

La dictadura responde a la presión internacional con una campaña de exaltación nacionalista de reverberaciones autárquicas. El 1 de octubre, organiza una manifestación en la plaza de Oriente de Madrid. Un Franco espectral, cadavérico, balbuceante, sale al balcón. Abajo, TVE cuenta un millón de personas: esto siempre ha funcionado así. Y grupos de falangistas empapelan las calles de Madrid y Barcelona con unas pegatinas con la bandera española y la consigna "No compres a quien te insulta. Compra nacional".