'Bed and breakfast' en BCN
Dormir y desayunar de buen rollo
La fórmula propuesta está acreditada mundialmente, de ahí que haya que descartar las dudas sobre su esencia
Jordi Mercader
Periodista.
Jordi Mercader
El 'bed and breakfast' es un negocio entre el propietario de una casa con más habitaciones de las que necesita y un viajero ahorrador que solo busca dormir y desayunar a buen precio. Sencillo. Hay una larga experiencia sobre el funcionamiento de este intercambio comercial desde que los amos de las estupendas residencias de Victoria Station comenzaron a tener dificultades para pagar la calefacción y vieron en el alquiler de las camas libres a los forasteros que llegaban en el tren una oportunidad para ingresar algunas libras complementarias. De Londres, se expandió al mundo y ahora va a regularse en Barcelona, aunque aquí se vienen alquilando cuartos y camastros desde siempre.
Barcelona es una ciudad muy sensibilizada ahora mismo ante todo lo que se refiera al turismo. Cualquier cambio que vaya a representar competencia para el 'establishment' turístico o que genere la mínima sospecha de que pueda alterar la convivencia y la calma de las escaleras de vecinos pone de los nervios a los protagonistas. La fórmula propuesta está acreditada mundialmente, de ahí que haya que descartar las dudas sobre la esencia de la misma; de hecho, los inconvenientes verbalizados por el sector se fundamentan en el miedo a las trampas de los implicados. La conjetura tiene su base: si la ilegalidad se ha adueñado de otras ofertas, como la de los pisos turísticos; si las dificultades de regulación y control están naufragado, por qué razón van a funcionar ahora con el alquiler de habitaciones.
Está por ver cuántos domicilios particulares van a acogerse al B&B de Barcelona; de todas maneras, no parece ser este el problema que más debería preocuparnos, ni la propia regulación de esta 'triple B'; lo que debería incomodarnos es que la ciudad se está convirtiendo en un pequeño infierno de desconfianzas entre vecinos de escalera, entre emprendedores y autoridades, entre comerciantes y residentes, entre barceloneses y forasteros.
Un círculo vicioso a la vista de todos
Algunos miles de vecinos engañan a la ciudad saltándose las leyes para ganar unos euros de más y la ciudad defrauda las expectativas de otros ciudadanos que no comprenden cómo las autoridades no pueden garantizar el cumplimiento de las regulaciones más básicas en la calle o en el sector turístico, económicamente significativo y fundamental para la proyección y la imagen internacional de Barcelona. La gran mayoría observa estupefacta esta deriva de recelos, avivada e incluso agigantada políticamente por la proximidad de las elecciones municipales. El círculo vicioso está ahí, a la vista de todos.
La oferta de cama y desayuno es una modalidad 'win-win' para el dueño de la habitación y el inquilino provisional; difícilmente va a hundir las cuentas de explotación del sector hotelero ni va perjudicar seriamente a los pisos turísticos legales, tampoco va a resolver la cuestión de fondo de la adecuación del alojamiento turístico a la atracción imparable de Barcelona. Sin embargo, su regulación podría suponer una buena ocasión para sacar la cabeza del circulo vicioso de mal rollo.
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