ANÁLISIS

Luis Enrique agita

Más allá de algunas omisiones discutibles, la lista del seleccionador pulsa el necesario botón de reinicio

Luis Enrique, durante la comparecencia de prensa para presentar su primera convocatoria

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Axel Torres

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Aunque tanto por nivel como por momento de forma cuesta entender que Jordi Alba, Koke y Aspas no tengan cabida en la primera lista de Luis Enrique Martínez, la nómina de convocados que inaugura esta nueva era en la selección española sí tiene algo muy positivo, casi imprescindible después de una triple decepción (2014, 2016 y 2018): agita por completo el “status quo”, pulsa el botón de reinicio de forma implacable, carece de sentimentalismos y pone en guardia a todos los internacionales. Nadie tiene un puesto asegurado y la historia se empieza a escribir desde cero.

De las novedades, me quiero centrar en dos que me parecen especialmente estimulantes. A José Luis Gayà lo conocí en un Europeo Sub-19 en Kaunas, Lituania, y por alguna razón entendí enseguida que iba a acabar llegando a la absoluta. Admito que ha tardado más de lo que esperaba. Tras una aparición explosiva en el primer equipo del Valencia con cantos de sirena incluidos desde Madrid, su evolución se truncó. Lesiones, menos continuidad, rendimiento irregular… Hasta se temió que Gayà no fuera a acabar siendo el futbolista que todos habíamos intuido que sería.

Con Marcelino de entrenador ha vuelto a subirse al tren, y con Alba fuera de combate -no tiene por qué ser definitivo su descarte, pero bien no pinta-, la oportunidad de convertirse en el lateral izquierdo titular de España es hoy más real que nunca. En el equilibrio defensa-ataque me parece mejor que Marcos Alonso, y mucho más acostumbrado a jugar en línea de cuatro si Luis Enrique regresa al 4-3-3 que ha predominado en su carrera como técnico.

El aplomo y la velocidad de Rodri

De Rodri se ha hablado tanto en los últimos meses que elogiarlo ahora en pocas líneas no va a parecer ni original ni novedoso. Pero hay que hacerlo, porque el aplomo con el que se maneja y la velocidad con la que ha pasado de ser un chico del filial en Villarreal a situarse a la altura de Bruno y Trigueros y hasta a superarlos en valor de mercado constituyen una mezcla casi inaudita y que suele ser sinónimo de éxito asegurado.

España ya tiene a un suplente del perfil de Busquets por si un día falta el de Badía, pero, y eso es especialmente interesante, incluso posee a un centrocampista adaptable a segundo medio centro o a interior mixto si el técnico quiere modificar el dibujo o incluso para ser el segundo integrante del trío de la medular.

En este sentido, y aunque en el Atlético Koke juega mucho por fuera, quizá su ausencia tenga más que ver con las tremendas posibilidades que ofrece su nuevo compañero de equipo que a la llamada de Ceballos, que probablemente compita más con Sergi Roberto por el rol de interior dinámico, potente y con capacidad para acelerar en conducción.

El primer once de Luis Enrique responderá a muchas preguntas, porque apunta a ser el más rompedor desde la revolución que Luis Aragonés introdujo en medio de la fase de clasificación para la Eurocopa de Austria y Suiza. Todos los cambios que se han ido sucediendo desde entonces fueron graduales, no tan súbitos como los de ahora.