TRIBUNA

Ciutadans, nacidos para dividir

No les importan ni Catalunya ni los catalanes porque su objetivo es solo la Moncloa

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zentauroepp44821767 fotodeldia graf2263 barcelona 29 08 2018 el presidente 180831194408 / EFE / MARTA PÉREZ

Sergi Sabrià

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No les importan ni los presos ni los lazos. No les importa lo que piensa una mayoría de este país. No les importa el dolor que genera el Estado ni las reivindicaciones legítimas del 80% de los catalanes. Pero es que no les importa lo que haga la Generalitat, el Parlament o los ayuntamientos catalanes, ni las leyes sociales que puedan sacarse adelante. Porque a ustedes no les importan los ciudadanos de Catalunya.

Lo quieren disimular, pero la verdad es que no les importan. A ustedes solo les importa una cosa: llegar a la Moncloa para defender a las élites españolas, las mismas élites que patrocinaron su creación. Y si para ello tienen que insultar a una parte de los catalanes, lo hacen; si han de condecorar a policías que pegan a los ciudadanos, lo hacen; si han de incitar al odio y deben provocar en el Parlament, en las playas o en las calles, lo hacen.

Catalunya es su campo de exposición, su trampolín para acceder a la Moncloa, desgastando al PP y al PSOE, demostrando que son los más contundentes con un movimiento político, que son los más nacionalistas españoles, como dejó claro Albert Rivera en un acto en Madrid hace muy pocos meses que nos transportó directamente a los años 30.

De hecho, nacieron para dividir a la sociedad catalana intentando romper el modelo de éxito de la escuela, a pesar de que saben que al terminar el periodo obligatorio todos los alumnos salen con un alto nivel tanto de catalán como de castellano. Aquí no hay problemas de convivencia, aunque cada día ustedes intenten provocarlos. Quieren generar conflictos allí donde no hay y quieren ir cargándose uno por uno todos los grandes consensos de la sociedad catalana cuando solo representan a un 15% de los catalanes.

Ustedes son los reyes de la confrontación y de la división, viven de la provocación. Solo están cómodos en el conflicto y se sienten incómodos en la Catalunya de los grandes consensos, una Catalunya que se ha construido entre todos, sin mirar dónde había nacido la gente ni la lengua que hablaba.

Nosotros, desde ERC, defendemos un proyecto construido entre todos y para todos. Lo hemos demostrado desde los ayuntamientos o desde el Parlament y la Generalitat. ¿Para quiénes eran si no la mayoría de leyes anuladas por el TC la última legislatura? ¿Para quiénes creen que eran las leyes de lucha contra la pobreza energética, la ley de acceso universal al sistema de salud, la ley de igualdad efectiva entre hombres y mujeres, el impuesto a los depósitos bancarios?

Con el apoyo de determinados medios de comunicación, del IBEX y de algunos otros conglomerados económicos, han construido una plataforma en defensa del statu quo, en defensa de los privilegios de unos cuantos, olvidando los intereses de la mayoría de catalanes, piensen lo que piensen y voten lo que voten.

Pero cuando las casas no tienen fundamentos, un día caen, y Ciutadans caerá. Un día, más pronto que tarde, una parte de sus votantes se darán cuenta que votando a ustedes están votando contra sus propios intereses. Un día verán que Ciutadans no les defiende a ellos, sino solo a sí mismos y a quienes les crearon para conservar sus fortunas y privilegios.

La sociedad catalana, en su conjunto, y a pesar de sus esfuerzos por evitarlo, es de un talante abierto, acogedor, integrador, pactista y no se construye más a la contra, sino siempre a favor de todos y para todos. Somos como somos, ni mejores, ni peores, pero nunca queremos ir contra nadie, y menos contra los mismos catalanes, se llamen como se llamen y vengan de donde vengan.

Dejen de intentar hacer buenas las tesis de Aznar, Catalunya es 'un sol poble'. Dejen de mentir, de atacar, de destruir, de dividir, de provocar. Reflexionen y dejen de hacer el ridículo. Mientras unos exponemos un proyecto e intentamos construir, ustedes destruyen. Destruyen porque no tienen proyecto concreto, no tienen propuesta más allá de dividir y, por ello, no pueden construir. Se hacen grandes en escenarios de conflicto, engordan generando odio. Pero el verdadero problema es que no tienen nada que ofrecer.

Tapan con su nacionalismo español y su beligerancia contra un movimiento político de defensa de las libertades, democrático y republicano, su falta de ideología y proyecto. Se mueven siempre en función de las encuestas, sin un ideario concreto, sin una propuesta y no les importan ni Catalunya ni los catalanes porque su objetivo es, solo, la Moncloa.

Su Dios son los votos y la defensa del statu quo y, por ello, no importa cambiar las veces que sea necesario de discurso. La coherencia ya la defenderán otros. Quieren romper un país a cambio del poder, pero nos encontrarán siempre enfrente, dispuestos a coser cada socavón, a sumar y dialogar con todos, firmes, con la bandera de la libertad y la democracia bien alta y firme y con el objetivo claro: una República de todos y para todos.