El estado del bienestar

La fuerza de la salud comunitaria

Un taller de circo para personas mayores puede ser un factor de mejora de la calidad de vida

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Carme Borrell

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Tal como hemos comentado otras veces, las causas relacionadas con los niveles de salud de la población dependen de las condiciones de vida de las personas y, por tanto, el fomento de la salud de la comunidad debe abordarse a base de mejorarlas. Políticas generales relacionadas con el estado del bienestar, las políticas económicas o de mercado de trabajo, son claves para aumentar el nivel de buena salud de la población. Ahora bien, intervenciones sobre los entornos más cercanos a las personas, como por ejemplo el barrio de residencia, la escuela o el lugar de trabajo también ayudan a mejorar la salud. Es en este espacio más cercano a las personas donde actúa la salud comunitaria.

Según Jaime y Rosa Gofin, la salud comunitaria va más allá de la salud de la gente y se configura como la expresión colectiva de la salud de la ciudadanía, y como la aproximación que se debe hacer a esa realidad para construir colaborativamente las intervenciones que requieren los problemas existentes. Y ello permite mejorar, por ejemplo, las conductas relacionadas con la salud, la red social y comunitaria, la participación en todos los ámbitos de la sociedad... Son aspectos que fomentarán la buena salud y calidad de vida. Richard A. Goodman y colaboradores señalan que para ello hay que implicar a la comunidad y a otros actores tales como profesionales de la salud pública, la atención primaria, los servicios sociales u otros, y también a organizaciones y entidades. El conocimiento de la salud de la comunidad y de sus factores asociados es primordial para poder poner en marcha intervenciones que fomenten una comunidad más saludable. Estas intervenciones deberán basarse en evidencia sobre su efectividad y deberán ser evaluadas para comprobarlo, tal como han constatado en sus investigaciones M. Isabel Pasarín y colaboradores.

Una actuación participativa

De hecho, la salud comunitaria forma parte de la acción comunitaria que, tal y como describe Óscar Rebollo (UAB), consiste en "trabajar de forma colectiva objetivos colectivos". Esto implica una actuación participativa y, por tanto, genera un fortalecimiento político de la comunidad. Marco Marchioni y colaboradores señalan que la acción comunitaria es un proceso dinámico y dialéctico. Es dinámico porque va evolucionando y adaptándose a lo largo del tiempo y del espacio, y es dialéctico porque implica una relación compartida entre los diferentes protagonistas.

Un estudio reciente realizado en Barcelona ha descrito la acción comunitaria y ha evaluado su impacto sobre la salud de la población en barrios de bajo nivel socioeconómico. En algunos indicadores de salud, como el consumo de drogas en los hombres y la salud percibida en las mujeres, la evolución es más positiva en los barrios que tenían una acción comunitaria más fuerte. Además, en las mujeres disminuían las desigualdades por clase social en la mala salud percibida y en la cesación del hábito tabáquico en estos barrios.

El ejemplo de 'Barcelona Salut als Barris'

Un ejemplo de programas de salud comunitaria es 'Barcelona Salut als Barris' que existe desde el año 2007 en los territorios más desfavorecidos de la ciudad. Esta estrategia tiene por objetivo mejorar la salud y calidad de vida de las personas que viven en los barrios y reducir las desigualdades sociales y de salud que se dan entre estas comunidades y el resto de la ciudad. Actualmente el programa está presente en 23 barrios, ha puesto en marcha más de 100 intervenciones, implicando a más de 300 agentes.

Las intervenciones están dirigidas a las personas de todos los grupos de edad y se basan, por ejemplo, en promover la alimentación y el ocio saludable, prevenir el consumo de alcohol y cannabis, prevenir las relaciones sexuales no protegidas, mejorar las competencias de crianza de madres y padres, reducir el estigma de las personas con problemas de salud mental, reducir embarazos no deseados o incidir sobre la soledad y mejorar la calidad de vida de las personas mayores. Como ejemplo, quiero comentar la experiencia que viví recientemente, asistiendo a la última sesión del taller de circo para gente mayor en Nou Barris. A pesar de que habrá que evaluar los resultados de este taller piloto, las personas que participaron expresaron su satisfacción y pidieron explícitamente que la experiencia se pudiera repetir el próximo curso. En el taller hacían actividad física (incluso, subiendo al trapecio), ejercitaban la memoria y compartían espacio y tiempo con otras personas, y, por todo ello, ¡hacían salud!

La autora de este artículo forma parte de la Red de Científicas Comunicadoras