ANÁLISIS

Zidane, Ramos y Estremera

No es descartable que entre Florentino y Zidane se hubiera producido una mala conversaicón discrepante sobre el futuro de Cristiano

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Antonio Bigatà

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Zidane ha vuelto a dar uno de sus grandes cabezazos noqueadores. Si hace 11 años se lo propinó al defensa italiano Materazzi porque este le habló de "la puta de tu hermana" ahora ha golpeado de forma parecida a Florentino diciéndole inesperadamente que le deja y se va. No se sabe muy bien si lo hace afectado por el 'síndrome Guardiola', que dejó al Barça porque después de conseguirlo todo posiblemente pensó que muy difícilmente superaría o mantendría su balance y tal vez no quería enfrentarse a un futuro declinante hasta acabar mal.

Pero por el cabreo indisimulado que exhibió 'Floren' no descarten -aunque lo desmientan- que hubiesen tenido antes una mala conversación discrepante sobre el futuro de Cristiano  (que en Kiev perdió toda opción al Balón de Oro) y Bale o sobre el posible fichaje de Neymar, por ejemplo. Lo cierto es que Zidane le ha chafado la guitarra a Florentino cuando saboreaba esa victoria con mal número, el 13, en la Champions, y de que Cristiano ya le hubiese hecho lo mismo la misma noche del partido. Ha sido un sonoro plis-plas.

La Liga, la Champions

Zidane completó su cabezazo al presidente vanidoso dándole dos enérgicos tirones de huevos. Desarboló dos de las consignas favoritas del presidente. Ante el discurso oficial de que una Champions vale más que una Liga el entrenador francés aprovechó su salida para decir que nones, que su mejor momento en el Madrid fue precisamente cuando ganó el dificilísimo campeonato español y no con las tres Champions.

Y desautorizó el ninguneo de la Copa que predica la Casa Blanca a causa de la superioridad barcelonista en esta competición confesando que su peor día fue cuando el Leganés les eliminó de ella. Ante eso, la verdad es que no hacía falta que Zidane se recrease haciendo ningún comentario añadido sobre una posible hermana del presidente. Con sus palabras vino a decir de hecho que él se habría cambiado con Valverde -prefiere Liga y Copa a la Champions- o incluso que si estuviese en el banquillo de este igual no se marcharía del Barça.

Más allá de estas alegrías, aunque hayan pasado algunos días vale la pena subrayar la injusta ausencia del portero Karius en el autocar madridista que paseó su victoria por las calles. En esa fiesta faltó la persona decisiva en Kiev para la victoria blanca, el 'man of the match', y sobraba en cambio Sergio Ramos. 

Si en este mundo traidor hubiese justicia verdadera, a la hora de la cabalgata él tendría que haber estado entre rejas por su violencia. En Estremera, sin ir más lejos, hay varios tipos que son mejores personas que él y que respecto a la violencia merecen más que Ramos la presunción de inocencia hasta que se les juzgue.  

Caer en manos de un Llarena

Al defensa madridista sólo le queda el derecho a un juicio justo -en Catalunya gustaría que cayese en manos de un Llarena- aunque tiene difícil la absolución. En Egipto, la patria de Salah, su víctima, ya le han dictado sentencia: carnicero. Debe ser porque nueve de cada diez veces que se coge por el brazo, inmovilizándolo, a un delantero como Salah, y luego se ruede por el suelo con él sin soltarlo, se provoca una luxación.

Ramos es sucio pero no tonto y probablemente lo sabe. Aquella noche el colegiado de turno ni siquiera sancionó a Ramos por coger -lo llaman así tanto aquí como en América Latina- tan impúdicamente al delantero del Liverpool.  Tampoco lo hizo, por cierto, cuando le propinó un codazo quizás anestesiador al portero Karius muy poco antes de que este regalase el primero de los goles con los que se ganó el derecho a ir en el autocar del Madrid.

No se crean que escribo para negarle el pan y la sal al Madrid. Reconozco que es el mejor especialista del mundo en ganar la Champions. Lo hace sin desplegar siquiera un buen fútbol. Pero eso no le sirve para ostentar el título que más codicia: ser el mejor de España. Porque paradójicamente el mejor equipo de España -Liga y Copa lo acreditan- este año ha vuelto a ser el Barça. Y digo paradójicamente porque a muchos seguidores catalanes eso de El Mejor de España no les hace particularmente felices, y a muchos nacionalistas españoles les pasa lo mismo.