DOS MIRADAS

La coña

La conversación de Lluís Salvadó era privada y no tiene ninguna relación con el contenido del sumario, pero ofende

JOSEP MARIA FONALLERAS

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La conversación de Lluís Salvadó era privada Lluís Salvadó y respondía a un pacto íntimo, entre amigos que, según Salvadó, formaba parte de un "código personal de vivencias compartidas entre dos personas que se conocen profundamente". Ni Salvadó ni la persona con quien hablaba "piensan o han hecho nunca lo que están diciendo". Esta es la versión del exsecretario de Hisenda, que reconoce, por lo menos, que "es una coña de muy mal gusto". 

Lo es, efectivamente. Entiendo sus razones, en defensa propia, porque es del todo cierto que la filtración interesada interviene en un ámbito que no debería ser conocido. La conversación no tiene ninguna relación con el contenido del sumario y no aporta ningún dato relevante, excepto la información (lo repito: interesada) de que, entre los dirigentes independentistas, hay hombres que, en su código privado y socarrón, desprecian las cualidades intelectuales de la mujer y se fijan en las proporciones de los pechos.

Guerra sucia y broma de mal gusto

Podemos analizar la filtración como parte de una guerra sucia. Es innegable. Pero también lo es que la coña, este "sarcasmo en bruto", como dice él mismo, porque "vivimos en un territorio demasiado pobre donde nos saltamos la ironía", ofende. A mí me ofende. Hay quien dice que esto es habitual entre interlocutores machos, amigos y cómplices, y que todos los hombres lo hacen. Hombre, pues no. Hay muchos que no lo hacen. Ni en público ni en privado, ni bajo vigilancia policial. Hombres con códigos personales y vivencias compartidas de otro tipo.