Determinantes sociales de la salud

Recetas para una ciudad saludable

Soledad, precariedad y falta de cuidados son malestares que no se resuelven con píldoras y jarabe

Un momento de la edición del Magic Line del pasado año.

Un momento de la edición del Magic Line del pasado año. / periodico

LAIA ORTIZ / GEMMA TARAFA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La salud de las personas depende de diversos factores, principalmente ambientales, sociales, genéticos, de estilos de vida y de atención sanitaria. Algunos de ellos no son modificables, pero hay otros que sí que lo son, como el barrio donde vives, la clase social de tu familia, los estudios, la vivienda, tu trabajo y las relaciones sociales. Eso es lo que se conoce como determinantes sociales de la salud.

Por esta razón, la ciudad es un ámbito de influencia sobre la salud, y Barcelona está comprometida para trabajar para ser una ciudad más justa, más inclusiva y más saludable. Representa una estrategia basada en políticas sociales, económicas y urbanísticas coherentes con los modelos de determinantes sociales en salud que enfatizan la priorización en la intervención sobre las desigualdades y la pobreza urbana, los grupos vulnerables, la gobernanza como modelo participativo y los determinantes sociales, económicos y ambientales.

Son necesarias las acciones más allá de la atención sanitaria tradicionalmente entendida, que es responsable de aproximadamente el 20% de la salud de las personas. Es aquí donde el enfoque comunitario se convierte en una gran oportunidad en cuanto es una responsabilidad compartida entre el sector sanitario y el resto de actores, requiere vínculos con la salud comunitaria y sitúa al sistema sanitario más allá de la enfermedad, poniendo el acento en la desmedicalización.

Recordemos que Catalunya es una de las regiones con mayor índice de consumo de fármacos del mundo. A menudo nos encontramos con que los problemas de la vida se medicalizan y se esconde la causa que los origina. Por ejemplo, los malestares emocionales a menudo tienen únicamente como respuesta una píldora. Una persona que se siente sola y consulta repetidamente por dolores de cabeza, tristeza y problemas para dormir se podría beneficiar de participar en actividades grupales del centro cívico o 'casal' de personas mayores de su barrio.

Tenemos que sumar políticas públicas que mejoren las condiciones de vida de los ciudadanos de Barcelona

Un elemento clave es la atención primaria en salud porque es la primera puerta de consulta para una persona que presenta un problema de salud. Con esta finalidad, se ha creado el 'Mapa de activos en salud de Barcelona', fruto del acuerdo entre el Ayuntamiento de Barcelona, el Departament de Salut, el Institut Català de la Salut y l'Agència de Salut Pública. Esta herramienta sistematiza los diferentes recursos, programas y proyectos que ofrece la comunidad, como pueden ser talleres de memoria, caminatas y proyectos de alimentación saludable que pueden contribuir a mejorar la salud y el bienestar de las personas.

Este 'mapa de activos', además de ser accesible para la población a través de la web de salud de Barcelona, se encontrará en las consultas de atención primaria. De esta manera los  profesionales sanitarios también podrán utilizar esta herramienta para hacer lo que se denomina recomendación social a partir de este primer trimestre del año. Pongamos por caso que una persona mayor tiene problemas de hipertensión arterial, se le podrá recomendar participar en las  caminatas  que  se  realizan  una vez a la semana organizadas por un 'casal' de personas mayores que se encuentra en su barrio.

Se trata de facilitar a los profesionales de atención primaria la posibilidad de derivar a las personas a un abanico de servicios locales de carácter no clínico. Para hacerlo posible, se han rastreado estos recursos en cada distrito, área municipal y entidades que participan en procesos de coproducción de planes de salud de ciudad.

La soledad, la precariedad y la falta de asistencia son malestares que no se resuelven con píldoras y jarabes. La buena noticia es que unos servicios sociales, educativos, culturales y de acción comunitaria son una buena receta para una ciudad saludable. Somos conscientes de que necesitamos tiempo y formación para entender la revolución que significa introducir la recomendación social en los centros sanitarios en Barcelona.

Este proyecto es un árbol en un bosque complejo y tiene sus límites, a los que tenemos que sumar políticas públicas que mejoren las condiciones de vida de la ciudadanía y una apuesta y mejora en la dotación de recursos económicos para la atención primaria. Sin embargo, estamos convencidas de que es una herramienta útil para revitalizarla, ayudar a la desmedicalización de la sociedad y, al mismo tiempo, conectar la consulta con lo que sucede en la comunidad.