Ni minuto 94, ni Ramos, ni nada de nada

La que hay liada, ¡uf!, ¡bua!, en Madrid, en el Madrid, en la Casa Blanca, en la mansión de Florentino Pérez, en el despacho de Tomás Roncero, en 'As', en la villa de Cristiano Ronaldo, cuatro semanas de baja en Instagram.

El Real Madrid es cuarto de la Liga, a 19 puntos del líder, que, casualmente, perdón ¡nada es casualidad!, es el Barça. Y acaba de ser eliminado en cuartos de la Copa por sus vecinos de Leganés, que tienen un portero argentino que se llama Nereo Champagne y al que todos llaman Espumante, el mismo que, en el minuto 80.29 de juego le paró el gol de la eliminatoria Benzema; y en 80.54, voló para detener el cabezazo de Mayoral y, en el 84.15, detuvo el cabezazo de Ramos, que no espero, no, al minuto 'noventayramos', para protagonizar el milagro.

Lejos de la Liga, en casa viendo las 'semis' de Copa, al Real Madrid le queda la que, dicen, es su competición preferida, la Champions, la Copa de Europa en color. Y, vaya, viene el PSG con todas sus megaestrellas, entre ellos, sí, sí, sí, Mbappé, que no tiene nada, que está sano, que viene deprisa y corriendo. Así que ¡ojito! porque el campeón de todo, todo, en el 2017, puede ser el gran fracasado en el arranque de 2018.

Todas las miradas sobre Zidane

Y todos, todos, miran ahora al alineador Zinedine Zidane, que ni siquiera convocó a CR7, que no contó con Bale, que creía que con el segundo equipo (al que no le ha hecho ni caso en todo el año) tendría suficiente tras ganar en Lega. Y, ya ven, 46.409 aficionados en silencio, viendo como los jugadores del Leganés, descalzos, bailando y cantando ante varios cientos de seguidores. Salvo Ramos y Carvajal, ningún jugador más del Real Madrid quiso detenerse ante los micrófonos de beIN Sports TV para dar explicaciones.

Es evidente que Zizou aún sigue mandando, ¡claro que sí! Es evidente que no ocurrirá nada de inmediato. El 'modelo de Mango' ganó dos Champions y una Liga en menos de dos temporadas. Pero 'Flo' sigue tomando nota y, al margen de seguir ahorrando cientos de millones para la gran transformación de una plantilla, que, dijeron, estaba llamada a ser la ideal hasta el 2025.