Un clásico muy actual

Josep Pla y el embalse

Sus análisis resuenan en la Catalunya actual, sometida al dictado del 155

EN EL MAS DE LLOFRIU Josep Pla, en la casa familiar donde se retiró tras la guerra.

EN EL MAS DE LLOFRIU Josep Pla, en la casa familiar donde se retiró tras la guerra.

JORDI PUNTÍ

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Josep Pla es el superventas de estos Reyes. Hace un mes se publicó un nuevo título en catalán, 'Fer-se totes les il.lusions possibles' (Destino), y en poco tiempo se ha agotado la primera edición. El volumen recoge textos inéditos, escritos a finales de los 50 y principios de los 60, que debían conformar un segundo volumen de 'Notes disperses', al estilo del que salió en su 'Obra Completa' en 1969. 

Las notas de Pla tienen forma de viñeta, digresión, apunte del natural, recuerdo, comentario... Los lectores que frecuentan su obra reconocen el estilo de volúmenes como 'Notes per a Sílvia' o 'Notes del capvesprol'. ¿Cómo es que estos otros títulos languidecen en las librerías de viejo y en cambio ahora nos deleitamos por estas nuevas notas?

Hay varias respuestas posibles, claro, casi tantas como ilusiones. Más allá del cosquilleo de la novedad, está el peso del presente. Muchas notas hacen referencia a la vertiente social y política del franquismo, y fueron censuradas en la época o autocensuradas por el propio Pla. Su análisis del complejo de inferioridad de los catalanes a lo largo de los siglos, así como las referencias a la organización religiosa, social y militar del régimen franquista -«un embalse de mierda de proporciones titánicas»-, resuenan en la Catalunya actual, sometida al dictado del 155.

Fractura social

Pienso, por ejemplo, en la fractura social que esgrimen los partidos constitucionalistas. Leyendo este Pla uno comprende que la fractura social ha existido siempre, aunque solo la notaba una (otra) parte de la sociedad, y la convivencia aconsejaba no quejarse. Tapábamos la grieta. Ahora, cuando la mal llamada mayoría silenciosa ha visto cómo se ponían en duda sus privilegios atávicos, de herencia colonial, han removido cielo y tierra para volver al orden de antes (lo que García Albiol llama recuperar a la «gente normal»).

Este viejo nuevo Josep Pla, pues, es también una explicación para todo ello. Está en la línea de lo que escribía el historiador Miquel Barceló en un artículo en 'L’Avenç' de 1981, poco después del 23-F de Tejero: «No hay remedio: su normalidad histórica es nuestra anormalidad histórica. Nada podemos hacer para apaciguarlos».