tú y yo somos tres

La monja, su hijo, la droga, y el culebrón

ferran Monegal

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Una monja, Lucía (<b>Paz Vega</b>), llega a Barbate después de 20 años de ausencia y se encuentra con que el hijo que tuvo en secreto trapichea con la droga y es novio de la hija del jefe de la guardia civil de la zona. El padre del muchacho -que no sabe que es su hijo-, o sea, aquel examor que dejó embarazada a sor Lucía hace dos décadas, es un capo del tráfico de hachís de la zona. Su hermano (Paco Tous) y su cuñada son dos 'pringaos' que viven como pueden. Y nada más comenzar el capítulo, la monja, tomando el sol en la arena de una playa llena de bañistas, participa de un surrealista desembarco de droga y la detienen. Hombre, esto que ha estrenado Tele 5 bajo el título de '<i>Perdóname, Señor'</i>, no es una teleserie. Es un culebrón. La referencia a producciones como 'El Príncipe', o la película 'El Niño', es obligada. Obligada para comprender que les ha salido otra cosa, más pedestre. Se nota falta de presupuesto en las escenas exteriores, y en las persecuciones a Mediterráneo abierto. No hay espectacularidad. Y los golpes de guion siguen aquella senda, tan cargante, del costumbrismo mal resuelto. Tampoco ayuda lo de <b>Paco Tous</b>: lo vemos los martes haciendo de atracador un poco cataplasma en A-3 TV ('<i>La casa de papel'</i>) y los miércoles de desdichado boquerón en T-5, en 'Perdóname, Señor'. Aunque ambos personajes son de un rupestrismo existencial muy parecido, los imperios televisivos deberían ponerse de acuerdo y evitar la simultaneidad de los intérpretes. Pasa lo mismo con el estimable actor Enrique Arce, que en A-3 TV sale interpretando al director de la Fábrica de la Moneda y al día siguiente, en este culebrón de Tele 5, aparece en el rol de policía chungo que acepta sobornos.

Esta producción debería etiquetarse bajo el rótulo: 'telenovela'. No tiene el toque de calidad de las narcoseries que triunfan en EEUU y Europa. Tampoco se acerca, ni de lejos, a las series policiales, como por ejemplo 'Braquo', de Olivier Marchal, cuyas cuatro temporadas están colgadas, enteras, en Movistar+, y se las recomiendo vivamente. Esto es otra cosa. Es un producto de diseño orientado al folletín. Tiene un público, estamos de acuerdo. Esta mezcla de la monja, el hijo secreto que no lo sabe, el padre traficante que tampoco, y todo salpicado con algunos boquerones, se digiere sin esfuerzo. El lema de Tele 5 sigue impertérrito: no buscamos prestigio ni reconocimiento, solo queremos audiencia. Como en las tiendas de 'Todo a 100'.