Alzando la voz

Una de las virtudes (y tiene muchas) del libro que ha escrito Guillem Sànchez – 'Crónica del caso maristas', Ediciones B –  es la exposición de las dudas que el periodista tiene ante la información que está a punto de hacer pública, unas noticias como las de este asunto, tan delicadas y sensibles. Hace un año, la redacción de Sociedad de EL PERIODICO vivió más de un mes –un largo febrero– pendiente de los casos de pederastia que se iban descubriendo a base de esfuerzo, persistencia y profesionalidad. Aquel trabajo ha merecido el premio Ramon Barnils y, en el acto de otorgamiento, Ferran Casas, presidente del jurado, dijo: «El periodismo de investigación, si no lo hacemos nosotros yendo a los lugares, llamando, insistiendo, hurgando, alzando la voz e ilusionándonos, no lo hará nadie».

Esto es lo que hicieron Guillem Sànchez y todos sus compañeros. Y ahora lo explica. Con la habilidad del narrador que construye un relato de intriga donde el reguero de episodios es constante, trepidante. Y con el cuidado de un periodista que sabe que tiene entre manos un material sensible y que asume el compromiso de ser fiel a una verdad que a veces es una serpiente esquiva y sinuosa. Las dudas éticas de Sànchez elevan el tono moral y refuerzan el periodismo que se hizo entonces, ahora evocado en el making of de un trabajo colectivo que nos recuerda que las palabras son el arma más poderosa contra los agresores y contra el indigno silencio de aquellos que les escondieron y protegieron.