Ventana de socorro

Anemia informativa

La calidad de una democracia tiene un termómetro infalible: la de sus medios de comunicación

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ÁNGELES GONZÁLEZ-SINDE

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Según la reacción de los medios de comunicación del pasado viernes, la desaparición de Leonard Cohen para España es infinitamente más relevante que la muerte de Paco Nieva. A tenor del espacio que ocupó en las portadas de diarios digitales o de papel, de los minutos que se le dedicaron en los informativos de radio y televisión, parece que el canadiense Cohen ha incidido más en las vidas de los españoles que el académico, autor, escenógrafo, figurinista, pintor, literato Francisco Nieva. Para los que no sean del gremio, quiero aclarar que el papanatismo de los medios patrios y su devoción por la cultura anglosajona que nos embuten por los ojos y las orejas, se debe sobre todo a la comodidad. Hay más imágenes disponibles de cualquier artista anglosajón (y es más fácil y barato acceder a ellas) que de uno español.

No digamos ya de otras regiones del mundo. En cuanto salta la noticia, las agencias internacionales sirven estos platos precocinados a las redacciones y apenas requiere esfuerzo servírnoslos a nosotros la audiencia. Mucho más costoso es preparar en redacción una pieza original que no sea un refrito.

La precariedad de los medios en España, la altísima cifra de periodistas despedidos en los últimos años, los ERE que no cesan en todos los grupos de comunicación, el cierre de las delegaciones en provincias y de corresponsalías internacionales de los principales medios, etcétera, tienen como resultado un empobrecimiento tan grande de nuestra dieta informativa, cultural e ideológica, que estamos como lectores y espectadores cuasi anémicos. La calidad de una democracia tiene un termómetro infalible: la calidad de los medios informativos. Los ciudadanos exigimos y votamos en base al conocimiento que tenemos de la realidad. La desigualdad económica conlleva ya otra desigualdad: la cultural. Yo no quiero vivir en un país en el que la gente tenga dificultades para saber quién fue y qué hizo Paco Nieva, porque averiguarlo es solo para elites. La segregación de ricos y pobres, también en cultura, se paga muy cara.