Dos miradas
Han sido ellos
Mayores de 50 años; habitantes de zonas rurales o de regiones desindustrializadas; trabajadores precarios con sueldos raquíticos; vecinos de nuevos migrantes con los que compiten por las ayudas sociales; votantes con escasa formación… Ellos son los que han decidido la salida del Reino Unido de la UE.
Ellos, esos a quienes los políticos solo miran en campaña, esos que no pisan los salones del poder ni almuerzan en los restaurantes donde se cierran negocios ni figuran en la lista de invitados influyentes, han sacudido las entrañas de Europa. Algunos forman parte de los índices molestos, esos que delatan las miserias de una sociedad desigual. Son los que perdieron las ilusiones o los que prefieren creer en pócimas mágicas. Quizá algunos votaron movidos por la indignación o por el egoísmo o por la ignorancia. Quizá otros se dejaron llevar por la nostalgia de un pasado de esplendor que ellos ya no han vivido, pero que creen que les pertenecía. Es difícil saber sus motivos, lo único cierto es que se han impuesto a la voluntad de los más jóvenes y a la de una élite política, económica y social que, probablemente, les infravaloró.
Su voto no es cuestionable. Pero sí las causas de su elección. Durante demasiado tiempo, se sintieron fuera de las oportunidades que Europa ofrecía al Reino Unido. Ahora, han arrastrado a su destierro a todo un país. La desigualdad (económica, educativa, informativa) es un arma cargada del peor pasado.
- El de la Policía Nacional para los robos en las viviendas: "Si los ves, no toques nada
- Comprobar si mi número de La Grossa de Sant Jordi 2024 tiene premio
- ¿Dónde se baila en Barcelona a partir de los 40 años?
- El primer gran 'beach club' de Barcelona abrirá en junio: así será su oferta
- Pedro Sánchez, en directo | comparecencia y última hora de la posible dimisión
- Alerta de la Policía Nacional sobre una estafa que puede afecta a miles de personas
- Primera sentencia de un TSJ que aplica la doctrina europea y obliga a hacer fijo a un interino en fraude
- Un juzgado de Barcelona concede una incapacidad absoluta a una vendedora con fibromialgia y agorafobia