Nolito, Neymar y Catar: buscando un chorro de euros

El Celta no presta a Nolito. Catar pone un pozo en Múnich. El Madrid estira el brazo a ver si puede acariciar el lomo de Neymar. Tres sueltos, casi simultáneos, que anuncian peligros para los presupuestos venideros del FC Barcelona.

La primera noticia, la de Nolito, evidencia las actuales estrecheces autoimpuestas en el club. El Celta, requerido a un ejercicio entre la fe y la filantropía, se niega a complacer a Luis Enrique. Josep Maria Bartomeu ha planteado propuestas imaginativas. Quizá demasiado para la mentalidad contante y sonante del mundo del fútbol. La operación no ha salido, pero el presidente le puede argumentar al técnico que lo ha intentado.

Toca medir más que nunca los esfuerzos del tridente y cruzar los dedos para que unos tacos a destiempo no lleven a ninguno de los tres al reposo forzado en las citas de la Champions y las relevantes de la Liga. Para las otras, se diría que hay para ir tirando.

Ante el pie puesto por Catar en el Bayern, es inevitable establecer un vínculo y pensar que no es una buena noticia para la ansiada renovación millonaria que persigue la directiva azulgrana. Parece que la negociación se ha torcido. Digámoslo con cautela, porque la asociación con el discutido régimen del Golfo nunca ha lucido por su claridad. 

El club necesita su chorro de dinero. Y si no llega, porque Catar considera que con un pozo en Múnich y unos cuantos en el París SG ya va servido, resulta lógico creer que, tarde o temprano, Bartomeu y su flamante equipo de márketing encontrarán un colchón lleno de billetes en alguna multinacional. No es el tridente mala tarjeta de visita.

Drama absoluto si no apareciera el chorro en cuestión. Con la abultada nómina de salarios de la plantilla, que crecerá aún más cuando se acometa la renovación de Neymar –en particular si le tienta el Madrid–, el club puede necesitar una cifra superior a los 100 millones de euros brutos al año solo para pagar las fichas de Messi, Suárez y el brasileño. Bendito desafío.