OPINIÓN
Accesorios
Josep-Maria Ureta
Periodista
JOSEP-MARIA URETA
Desde 1975 solo es obligatorio llevar un extintor en los vehículos de transporte de personas y mercancías, no los turismos. Un par de décadas antes, se consideraba una buena norma de seguridad que todos los coches llevaran extintor. Luego se hizo la interpretación contraria: ese contenedor de polvo seco es un reconocimiento del fabricante del vehículo de que algo puede fallar. Los mejores motores del mundo, alemanes y japoneses han impuesto su imagen de país en esa garantía. Hoy los accesorios son de plástico y tela, el triángulo y el chaleco de averías.
Lo que más sorprende en la crisis de VW es que tras conocer el riesgo del trucaje del programa informático, no hubieran incorporado un invisible extintor en caso de incendio, en especial entre la opinión pública. Y no digamos si se desencadenan las llamas en EEUU, país que ha desarrollado mucho mejor la industria de la demanda, la multa y la indemnización que los motores de baja contaminación. Ese es el riesgo actual: reparar el daño mecánico y calcular su precio no es dificil para una empresa hecha y dirigida por ingenieros muy competentes. ¿Y la multa? Esa depende de una estrategia política que de momento no se ha detectado en la dirección de VW. Y esto no es accesorio sino principal.
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