Editorial

La victoria y los retos de Bartomeu

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Josep Maria Bartomeu será el presidente del FC Barcelona hasta el año 2021 tras alzarse ayer con una victoria a todas luces nítida y contundente, resultado que debería desembocar en un mandato tranquilo y sereno que ayude a limar asperezas en un club que ha vuelto a demostrar una de sus particularidades: el nivel de implicación democrática de los socios en la entidad.  Después de una larga campaña sin estridencias, Bartomeu ha recogido el voto de la seguridad y la estabilidad, aprovechando las dos principales bazas que jugaban a su favor: su imagen de gestor fiable y concienzudo y el crédito deportivo de un triplete que, finalmente, ha resultado decisivo en la reelección.

Ahora, al afrontar su primer mandato avalado por las urnas, Bartomeu goza de la legitimidad democrática precisa para trazar su propia línea, liberado de hipotecas del pasado. Cuando convocó las elecciones en enero, el Barça estaba en una situación comprometida, en medio de graves turbulencias deportivas e institucionales. Las primeras se solucionaron con un éxito entonces inimaginable, mientras las segundas, como los efectos jurídicos del caso Neymar, figurarán necesariamente entre las prioridades del nuevo presidente. En cuanto al modelo deportivo, Bartomeu tiene la oportunidad de hacer realidad la continuidad en la apuesta del club por la Masia, en sintonía con sus compromisos electorales, y de proseguir los esfuerzos de la junta saliente para recuperar la fuerza del Barça en las instancias deportivas  internacionales.

Otro de los asuntos sensibles que le esperan es el del patrocinio de la camiseta del primer equipo, toda vez que, aunque siempre defendió como la mejor opción desde una óptica estrictamente empresaria la de Qatar Airways -que expira en el 2016-, en el tramo final de la campaña ha revelado la existencia de otra oferta cuyos detalles aún no se conocen. Los  compromisarios, en todo caso, tendrán la última palabra. La reforma del Camp Nou, avalada por los socios y pendiente del acuerdo con el nuevo gobierno municipal, será otro de sus desafíos inmediatos.

La amplia mayoría cosechada en las urnas por Bartomeu debería servir, finalmente, para que el club superase de una vez por todas sus viejas rencillas y la batalla de los ismos para seguir consolidando su presencia deportiva e institucional.